20/09/2016
3 min read
Durante el pasado fin de semana, se registraron varios ataques en distintos puntos del país.
Así, el pasado sábado se registró una explosión en la localidad de Seaside Park, Nueva Jersey, que no causó daños personales. El artefacto se encontraba oculto dentro de una papelera situada en el recorrido de una carrera solidaria que se iba a celebrar minutos después a la explosión y en la que estaba prevista la participación de miles de personas.
Horas posteriores, otra explosión fue registrada en Manhattan, en el barrio de Chelsea, Nueva York. Tras la fuerte explosión, 29 personas resultaron heridas. Las fuerzas de seguridad procedieron a acordonar la zona y a evacuar los lugares próximos a la detonación, instando a la población a no acercarse al lugar. Posteriormente, la policía halló otro artefacto explosivo situado en otro lugar de la ciudad de Nueva York.
Tras las investigaciones iniciales, las autoridades locales han calificado este ataque de acto terrorismo y prosiguen las investigaciones para determinar las causas y la motivación de los mismos. Hasta el momento, la colocación de los artefactos explosivos no ha sido reivindicada por ningún grupo u organización.
Por otra parte, el domingo un hombre atacó con arma blanca a las personas que se encontraban en un centro comercial de la ciudad de Saint Cloud, Minnesota. El autor del ataque habría hecho referencia a Alá durante los actos perpetrados. Posteriormente, el grupo yihadista Daesh reivindicó el ataque calificando al agresor de “soldado de Daesh”. Las líneas de investigación continúan abiertas.
Ese mismo día, otro paquete sospechoso fue explosionado mientras estaba siendo examinado por un robot de la brigada de explosivos, tras haber sido localizado, junto a otros posibles artefactos, en las proximidades de la estación de tren de la localidad de Elizabeth, Nueva Jersey.
Ayer lunes, la policía de New Jersey anunció la detención del posible autor material de la colocación de los explosivos en el barrio de Chelsea, cuyas huellas dactilares han sido encontradas en uno de los artefactos no detonados. El detenido es un ciudadano estadounidense de origen afgano que reside en New Jersey, en las proximidades de la estación de tren de la localidad de Elisabeth y también estaría relacionado con la explosión del artefacto que explosionó en la ciudad de Seaside Park, Nueva Jersey, el pasado sábado.
En los dispositivos de seguridad y las investigaciones participan, además de agentes de la Policía local, varias agencias estatales entre las que se encuentra el FBI, la Guardia Nacional así como la División de Seguridad Interior.
Sistema de alerta antiterrorista en EE.UU.
A raíz de los atentados de 2011, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sustituyó el sistema de alertas de seguridad interior basadas en un sistema de código de colores por el denominado Sistema Nacional Consultivo del Terrorismo (ANT), diseñado para comunicar de manera más eficaz la información sobre amenazas terroristas, proporcionando información oportuna y tomando como protagonistas a los propios ciudadanos, a los que se les reconoce responsabilidad en la lucha contra el terror informando de cualquier situación sospechosa.
Periódicamente se publica un boletín de información donde se detalla la situación de riesgo establecido para un periodo de seis meses. El último boletín data de junio de 2016 y en el que se describe una nueva fase de amenaza global, lo cual tiene implicaciones para el territorio estadounidense, por el riesgo que puede suponer la comisión de atentados por ciudadanos estadounidenses radicalizados, citando el atentado de Orlando en el que fallecieron 50 personas.
Así, el pasado sábado se registró una explosión en la localidad de Seaside Park, Nueva Jersey, que no causó daños personales. El artefacto se encontraba oculto dentro de una papelera situada en el recorrido de una carrera solidaria que se iba a celebrar minutos después a la explosión y en la que estaba prevista la participación de miles de personas.
Horas posteriores, otra explosión fue registrada en Manhattan, en el barrio de Chelsea, Nueva York. Tras la fuerte explosión, 29 personas resultaron heridas. Las fuerzas de seguridad procedieron a acordonar la zona y a evacuar los lugares próximos a la detonación, instando a la población a no acercarse al lugar. Posteriormente, la policía halló otro artefacto explosivo situado en otro lugar de la ciudad de Nueva York.
Tras las investigaciones iniciales, las autoridades locales han calificado este ataque de acto terrorismo y prosiguen las investigaciones para determinar las causas y la motivación de los mismos. Hasta el momento, la colocación de los artefactos explosivos no ha sido reivindicada por ningún grupo u organización.
Por otra parte, el domingo un hombre atacó con arma blanca a las personas que se encontraban en un centro comercial de la ciudad de Saint Cloud, Minnesota. El autor del ataque habría hecho referencia a Alá durante los actos perpetrados. Posteriormente, el grupo yihadista Daesh reivindicó el ataque calificando al agresor de “soldado de Daesh”. Las líneas de investigación continúan abiertas.
Ese mismo día, otro paquete sospechoso fue explosionado mientras estaba siendo examinado por un robot de la brigada de explosivos, tras haber sido localizado, junto a otros posibles artefactos, en las proximidades de la estación de tren de la localidad de Elizabeth, Nueva Jersey.
Ayer lunes, la policía de New Jersey anunció la detención del posible autor material de la colocación de los explosivos en el barrio de Chelsea, cuyas huellas dactilares han sido encontradas en uno de los artefactos no detonados. El detenido es un ciudadano estadounidense de origen afgano que reside en New Jersey, en las proximidades de la estación de tren de la localidad de Elisabeth y también estaría relacionado con la explosión del artefacto que explosionó en la ciudad de Seaside Park, Nueva Jersey, el pasado sábado.
En los dispositivos de seguridad y las investigaciones participan, además de agentes de la Policía local, varias agencias estatales entre las que se encuentra el FBI, la Guardia Nacional así como la División de Seguridad Interior.
A raíz de los atentados de 2011, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sustituyó el sistema de alertas de seguridad interior basadas en un sistema de código de colores por el denominado Sistema Nacional Consultivo del Terrorismo (ANT), diseñado para comunicar de manera más eficaz la información sobre amenazas terroristas, proporcionando información oportuna y tomando como protagonistas a los propios ciudadanos, a los que se les reconoce responsabilidad en la lucha contra el terror informando de cualquier situación sospechosa.
Periódicamente se publica un boletín de información donde se detalla la situación de riesgo establecido para un periodo de seis meses. El último boletín data de junio de 2016 y en el que se describe una nueva fase de amenaza global, lo cual tiene implicaciones para el territorio estadounidense, por el riesgo que puede suponer la comisión de atentados por ciudadanos estadounidenses radicalizados, citando el atentado de Orlando en el que fallecieron 50 personas.