05/08/2016
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05 agosto 2016 - La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos ha publicado un informe en donde señala que la temperatura global sobre la superficie terrestre y oceánica en 2015 ha sido la más alta desde que comenzaron los registros en 1880.
Se han observado temperaturas récord en gran parte del mundo, incluyendo América Central, gran parte del norte de América del Sur, norte, sur y este de Europa, oeste de Asia, partes de Siberia, y del este y sur de África.
Los océanos, que absorben más del 90 por ciento del exceso de CO2 emitido a la atmósfera, también han alcanzado un nuevo récord de temperatura, con fuertes picos en el Pacífico Oriental y en el Ártico, donde la temperatura en el mes de agosto tuvo una desviación de 8º C por encima de la media.
La expansión térmica de los océanos, agravada por la fusión de los glaciares, ha provocado un ascenso del nivel del mar de unos 70 mm por encima de la media estimada desde 1993, que fue el momento en que comenzaron las mediciones por satélite. El nivel de los mares está subiendo a una tasa de 3,3 mm. por año, con mayor rapidez en los océanos Pacífico e Índico.
Estos cambios están siendo impulsados en gran parte por el aumento de concentraciones de CO2 en la atmósfera, que ya ha superado el umbral de 400 partes por millón, un nivel que no se alcanzaba desde hace cientos de miles de años.
Repercusiones para la Seguridad Nacional
Cambios tan rápidos en el clima pueden tener profundas consecuencias en la biodiversidad, acentuar en riesgo de eventos meteorológicos y climáticos extremos, y producir importantes retrocesos en algunas líneas costeras.
Otro aspecto menos conocido pero de enorme importancia es la repercusión del riesgo climático en los conflictos geopolíticos. Un clima adverso penaliza a los países y regiones más frágiles. El agua, los alimentos y la energía pueden convertirse en recursos escasos y acentuar las tensiones políticas y sociales existentes.
De hecho, muchos conflictos actuales se están viendo reforzados por la vulnerabilidad climática y el deterioro ambiental. No quiere decir que el riesgo climático sea el factor primario de desencadenamiento de conflictos, pero sí un importante catalizador, especialmente en aquellas sociedades fragmentadas y donde el impacto de la violencia es más probable.
La vinculación entre clima y conflictos está impulsando el desarrollo de nuevos métodos de análisis que podrán ser utilizados en los procesos de anticipación y prevención de crisis. Estos métodos combinan el uso de indicadores de vulnerabilidad climática con otros elementos predictivos, como el fraccionamiento étnico y religioso, el índice de gobernanza o los indicadores de mitigación y adaptación al cambio climático.
Se han observado temperaturas récord en gran parte del mundo, incluyendo América Central, gran parte del norte de América del Sur, norte, sur y este de Europa, oeste de Asia, partes de Siberia, y del este y sur de África.
Fig. 1. Distribución mundial de las desviaciones de temperatura durante 2015 en relación con las medias históricas. Fuente: Centros Nacionales de Información Ambiental del NOAA (EE.UU.).
En 2015, varias regiones experimentaron fuertes anomalías cálidas durante gran parte del año. Hubo una serie de eventos térmicos extremos notables, incluyendo olas de calor estivales en Europa, una serie de olas de calor en la India, Pakistán e Indonesia, y una cálida primavera y otoño en Australia, Alaska y el oeste de Rusia.Los océanos, que absorben más del 90 por ciento del exceso de CO2 emitido a la atmósfera, también han alcanzado un nuevo récord de temperatura, con fuertes picos en el Pacífico Oriental y en el Ártico, donde la temperatura en el mes de agosto tuvo una desviación de 8º C por encima de la media.
La expansión térmica de los océanos, agravada por la fusión de los glaciares, ha provocado un ascenso del nivel del mar de unos 70 mm por encima de la media estimada desde 1993, que fue el momento en que comenzaron las mediciones por satélite. El nivel de los mares está subiendo a una tasa de 3,3 mm. por año, con mayor rapidez en los océanos Pacífico e Índico.
Estos cambios están siendo impulsados en gran parte por el aumento de concentraciones de CO2 en la atmósfera, que ya ha superado el umbral de 400 partes por millón, un nivel que no se alcanzaba desde hace cientos de miles de años.
Repercusiones para la Seguridad Nacional
Cambios tan rápidos en el clima pueden tener profundas consecuencias en la biodiversidad, acentuar en riesgo de eventos meteorológicos y climáticos extremos, y producir importantes retrocesos en algunas líneas costeras.
Otro aspecto menos conocido pero de enorme importancia es la repercusión del riesgo climático en los conflictos geopolíticos. Un clima adverso penaliza a los países y regiones más frágiles. El agua, los alimentos y la energía pueden convertirse en recursos escasos y acentuar las tensiones políticas y sociales existentes.
De hecho, muchos conflictos actuales se están viendo reforzados por la vulnerabilidad climática y el deterioro ambiental. No quiere decir que el riesgo climático sea el factor primario de desencadenamiento de conflictos, pero sí un importante catalizador, especialmente en aquellas sociedades fragmentadas y donde el impacto de la violencia es más probable.
La vinculación entre clima y conflictos está impulsando el desarrollo de nuevos métodos de análisis que podrán ser utilizados en los procesos de anticipación y prevención de crisis. Estos métodos combinan el uso de indicadores de vulnerabilidad climática con otros elementos predictivos, como el fraccionamiento étnico y religioso, el índice de gobernanza o los indicadores de mitigación y adaptación al cambio climático.