El pasado 24 de noviembre, se clausuró la 29ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP29). Como en anteriores ediciones, este encuentro ha reunido a gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y sociedad civil para intentar aportar soluciones al problema del calentamiento global y sus consecuencias sobre la humanidad y el ambiente. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentó para la COP29 una “Actualización sobre el Estado del Clima 2024”, que define como ”alerta roja” el avance del cambio climático provocado por los niveles cada vez mayores de gases de efecto invernadero en la atmósfera. El informe indica que el período 2015-2024 será el decenio más cálido registrado. En este contexto, el clima extremo causa daños, muchas veces catastróficos, en las comunidades y las economías de todo el mundo. Además, la pérdida de hielo de los glaciares y los polos , junto con el calentamiento de los océanos, van a  acelerarse con el consecuente aumento del nivel del mar.

España, por su localización geográfica y tipo de clima mediterraneo, es uno de los paises europeos más afectados por los efectos del cambio climático. Desde esta evidencia, los efectos del calentamiento global son una amenaza de riesgo creciente para la seguridad de los españoles, del medio ambiente y de la economía. Así se entiende en las distintas estrategias de seguridad nacional (ESN). Más en concreto, la vigente Estrategia de Seguridad Nacional 2021 (capítulo 3) considera la transición ecológica como uno de los principales vectores de transformación del nuevo panorama internacional , al tiempo que señala que los efectos del cambio climático y de la degradación del medio natural son amenazas muy relevantes para la Seguridad Nacional. Por ello, es de especial interés para la Seguridad Nacional el avance el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030, que está promovido por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ya en su preámbulo, el Plan recoge orientaciones claras para la conservación y mejora de nuestro medio ambiente, siempre con el objetivo de «promover la acción coordinada y coherente frente a los efectos del cambio climático en España para evitar o reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático y construir una economía y una sociedad más resilientes».

Por otro lado, los resultados de las sucesivas COP marcan las tendencias internacionales en la lucha contra el cambio climático y sus efectos. En lo que se refiere a la COP29, se ha clausurado con la aprobación de una serie de documentos. Entre ellos, destaca el documento final que marca una nueva meta de financiamiento para apoyar a los países en desarrollo a proteger a su población y sus economías contra los efectos del cambio climático y para compartir los beneficios del aumento de las energías limpias. De esta forma, se pretende, entre otros muchos objetivos, favorecer la posibilidad de que estas naciones puedan afrontar la situación, al tiempo que sus poblaciones no se vean obligadas a desplazarse para preservar sus vidas. Así, la parte más importante se centró en la financiación de la lucha contra el cambio climático, respecto a lo cual se acordó:

• Triplicar la financiación a los países en desarrollo, pasando así del objetivo anterior, 100.000 millones de dólares anuales a 300.000 millones de dólares anuales para 2035.

• Asegurar los esfuerzos de todos los actores para trabajar juntos con el fin de aumentar la financiación a los países en desarrollo, procedente de fuentes públicas y privadas, hasta la cantidad de 1,3 billones de dólares al año para 2035.

Este acuerdo se conocerá como el “Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación del Climática” (NCQG), y se consiguió despues de dos semanas de negociaciones y años de trabajos preparatorios, dado que el proceso requiere que todas las naciones estén  de acuerdo en la totalidad del texto de forma unánime.

Aunque los acuerdos de financiamiento han sido de gran importancia, tambien han provocado la disconformidad de parte de la sociedad civil que representan los grupos y asociaciones internacionales más implicados en la preservación y conservación del medio, que la consideran insuficiente (WWF, Ecologistas en Acción, Greenpeace, etc). Incluso, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que esperaba un resultado más ambicioso, tanto en materia de financiación como de mitigación, para hacer frente “al gran reto al que nos enfrentamos”.