Desarrollo
Los días 23 y 24 de mayo de 2016 tuvo lugar en Estambul (Turquía) la primera la Cumbre Mundial Humanitaria, dando así forma a una iniciativa diseñada por el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
Este foro deriva de la pretensión de formular respuestas a las situaciones de crisis humanitarias existentes, plasmadas en conflictos armados, desplazamiento de refugiados o daños por desastres naturales, ante lo que es necesario adoptar formas más efectivas para gestionar estas situaciones si se pretende aspirar a un mundo de paz, seguridad y desarrollo sostenible.
Los tres objetivos principales de la cumbre fueron reafirmar el compromiso con la humanidad y los principios humanitarios; adoptar acciones y compromisos que permitan a las comunidades o países responder a las crisis y compartir experiencias para salvar vidas.
A la cumbre asistieron 55 jefes de Estado y/o de Gobierno y representantes de 173 países así como del sector privado y de la sociedad civil.
El desarrollo de la cumbre estuvo articulado mediante varias mesas redondas y sesiones especiales, en las que se discutieron distintas formas para aliviar el sufrimiento a la vez que condenaron la muerte indiscriminada de civiles en conflictos armados, que mujeres y niñas continúan sufriendo abusos sexuales y que alrededor de 218 millones de personas cada año sufren los daños de desastres naturales.
En las siete mesas redondas que tuvieron lugar durante los dos días que duró la cumbre se trataron los siguientes temas:
- Liderazgo político para evitar y poner fin a los conflictos
- Respeto a las normas que salvaguardan la humanidad
- No dejar a nadie atrás: un compromiso respecto a los desplazados forzosos
- Mujeres y niñas: promover acciones para conseguir la igualdad de género
- Desastres Naturales y Cambio Climático: gestionar riesgos y crisis
- Cambiar la vida de las personas: de reparto de ayuda al fin de la necesidad
- Financiación: invertir en humanidad
Además de estas mesas redondas, se desarrollaron quince sesiones especiales que cubrieron temas tales como principios humanitarios, intervención humanitaria, análisis de riesgo o esfuerzos para poner a las personas en el centro de la acción humanitaria.
La delegación española, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación participó, además de en la sesión plenaria, en la mesa redonda titulada “Respeto a las normas que salvaguardan la humanidad” y en la sesión especial sobre “Protección de los periodistas y promoción de la información independiente en situaciones de crisis” e informó de los compromisos asumidos por España para impulsar la agenda humanitaria.
En el desarrollo de las mesas redondas y sesiones especiales se propusieron iniciativas sobre cómo tratar las necesidades que se identificaron en el trascurso de la cumbre y, a su vez, se adoptaron compromisos que se han incluido en la Agenda para la Humanidad y que se van a agrupar on line en la llamada Plataforma de los Compromisos.
Se acordaron compromisos en cinco áreas de responsabilidad: mejorar el reparto de ayuda, apoyar a los refugiados, cumplir la ley internacional, aumentar la financiación y prevenir las crisis que están originando los mayores flujos migratorios en 70 años.
El resultado esperado de este procedimiento es un conjunto de acciones que permitan que el mundo esté mejor preparado para las crisis y las pueda responder de modo más efectivo y sea más flexible.
Por su parte, la Unión Europea, que también estuvo representada en la cumbre, asumió compromisos individuales en relación a políticas, programas y fondos así como en el progreso de cada una de las cinco áreas de responsabilidad. Por otro lado, afirmó la necesidad de trabajar en un nuevo marco global en el que se una la acción política para la prevención de las crisis, la ayuda al desarrollo y una ayuda humanitaria más efectiva.
El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon anunció que en septiembre informaría a la Asamblea General de los logros conseguidos en la cumbre y propondría formas para avanzar en los compromisos adquiridos.
Esta cumbre representa un gran cambio en cómo la comunidad global puede evitar el sufrimiento humano mediante la preparación y respuesta ante las crisis. En el acto de clausura, Ban Ki-Moon afirmó que esta “cumbre única” ha establecido un nuevo rumbo; “no es un punto final sino un punto de inflexión”.