08/10/2021
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Unión Europea - Afganistán
8 de octubre 2021
Tras la toma del control de la capital y la mayor parte de Afganistán por parte del movimiento Talibán, la UE cerró a mediados del pasado agosto su delegación en Kabul y evacuó a sus trabajadores, así como a un gran número de colaboradores afganos que habían trabajado a lo largo de los años con los servicios comunitarios.
Aunque la UE no reconoce al nuevo régimen afgano, su pretensión es volver a tener una “presencia mínima” en Kabul, si pueden garantizarse unas condiciones de seguridad. Esta representación podría colaborar directamente con los talibanes, sin que ello implique el reconocimiento de su legitimidad, con el objetivo principal de facilitar posibles evacuaciones, tanto de nacionales europeos como de colaboradores que no han podido aún abandonar el país, además de cooperar en hacer frente a la grave crisis humanitaria que sufre el país.
En este sentido, durante la reunión informal mantenida a principios del pasado septiembre, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE acordaron cinco criterios para poder establecer la colaboración con el país y las relaciones con el régimen talibán:
Por otro lado, el pasado 15 de septiembre, el Consejo aprobó unas conclusiones sobre Afganistán, que recogen los referidos criterios de referencia (principios rectores para una futura colaboración), además de destacar el compromiso de la UE con el país y establecer la línea de actuación de la UE en el nuevo escenario afgano.
Más en concreto, el Consejo subrayó la necesidad de coordinar la colaboración operativa de la UE y sus Estados miembros con los socios internacionales pertinentes, que «se calibrará en función de las políticas y acciones del gabinete en funciones nombrado por los talibanes, lo que no confiere a este último, legitimidad alguna». En función de estos criterios, la UE evaluará las políticas y las acciones de los talibanes, no sus discursos, a través de todos los instrumentos disponibles para seguir de cerca la evolución sobre el terreno y darle respuesta, teniendo presentes las conclusiones de la Conferencia de Donantes de Ginebra de 2020 y las condiciones para el mantenimiento de la ayuda.
Respecto a la presencia mínima en Kabul, cuya oportunidad queda reflejada en las conclusiones; está aún en debate en el seno de la UE, aunque todos los estados miembros están de acuerdo en su establecimiento. A finales de septiembre, se desplegó en Kabul una misión exploratoria de funcionarios del SEAE y se están valorando los próximos pasos a dar.
Hasta el momento, el gabinete interino afgano no es inclusivo ni representativo y parece confirmarse que mujeres y niñas se encuentran excluidas, con carácter general, de los centros educativos, en contra de las garantías anunciadas por los talibanes. La situación humanitaria también empeora y puede incrementar la presión migratoria masiva sobre los estados vecinos, que ya albergan a más de tres millones de refugiados afganos.
Por ello, la UE también ve necesaria una mayor colaboración con los países vecinos de Afganistán y los actores regionales, por lo que pondrá en marcha una plataforma política regional de cooperación con los países vecinos de Afganistán, también bajo los auspicios del SEAE. Esta plataforma política prestará atención a la gestión de los flujos de población procedentes de Afganistán, a la prevención de la propagación del terrorismo y a la lucha contra la delincuencia organizada, incluido el tráfico de drogas y el tráfico ilícito de personas.
8 de octubre 2021
Tras la toma del control de la capital y la mayor parte de Afganistán por parte del movimiento Talibán, la UE cerró a mediados del pasado agosto su delegación en Kabul y evacuó a sus trabajadores, así como a un gran número de colaboradores afganos que habían trabajado a lo largo de los años con los servicios comunitarios.
Aunque la UE no reconoce al nuevo régimen afgano, su pretensión es volver a tener una “presencia mínima” en Kabul, si pueden garantizarse unas condiciones de seguridad. Esta representación podría colaborar directamente con los talibanes, sin que ello implique el reconocimiento de su legitimidad, con el objetivo principal de facilitar posibles evacuaciones, tanto de nacionales europeos como de colaboradores que no han podido aún abandonar el país, además de cooperar en hacer frente a la grave crisis humanitaria que sufre el país.
En este sentido, durante la reunión informal mantenida a principios del pasado septiembre, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE acordaron cinco criterios para poder establecer la colaboración con el país y las relaciones con el régimen talibán:
- El compromiso por parte de Afganistán de no servir de base para exportar el terrorismo a otros países.
- El respeto de los derechos humanos, en particular de los derechos de las mujeres, el Estado de Derecho y la libertad de los medios de comunicación.
- El establecimiento, a través de negociaciones con todas las partes en Afganistán, de un gobierno transitorio integrador y representativo.
- El libre acceso de la ayuda humanitaria y que se respeten los procedimientos y condiciones para su entrega.
- Permitir que abandonen el país los nacionales extranjeros y los afganos en situación de riesgo que deseen hacerlo, en consonancia con lo ya acordado en la Resolución 2593, de 13 de agosto de 2021, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Por otro lado, el pasado 15 de septiembre, el Consejo aprobó unas conclusiones sobre Afganistán, que recogen los referidos criterios de referencia (principios rectores para una futura colaboración), además de destacar el compromiso de la UE con el país y establecer la línea de actuación de la UE en el nuevo escenario afgano.
Más en concreto, el Consejo subrayó la necesidad de coordinar la colaboración operativa de la UE y sus Estados miembros con los socios internacionales pertinentes, que «se calibrará en función de las políticas y acciones del gabinete en funciones nombrado por los talibanes, lo que no confiere a este último, legitimidad alguna». En función de estos criterios, la UE evaluará las políticas y las acciones de los talibanes, no sus discursos, a través de todos los instrumentos disponibles para seguir de cerca la evolución sobre el terreno y darle respuesta, teniendo presentes las conclusiones de la Conferencia de Donantes de Ginebra de 2020 y las condiciones para el mantenimiento de la ayuda.
Respecto a la presencia mínima en Kabul, cuya oportunidad queda reflejada en las conclusiones; está aún en debate en el seno de la UE, aunque todos los estados miembros están de acuerdo en su establecimiento. A finales de septiembre, se desplegó en Kabul una misión exploratoria de funcionarios del SEAE y se están valorando los próximos pasos a dar.
Hasta el momento, el gabinete interino afgano no es inclusivo ni representativo y parece confirmarse que mujeres y niñas se encuentran excluidas, con carácter general, de los centros educativos, en contra de las garantías anunciadas por los talibanes. La situación humanitaria también empeora y puede incrementar la presión migratoria masiva sobre los estados vecinos, que ya albergan a más de tres millones de refugiados afganos.
Por ello, la UE también ve necesaria una mayor colaboración con los países vecinos de Afganistán y los actores regionales, por lo que pondrá en marcha una plataforma política regional de cooperación con los países vecinos de Afganistán, también bajo los auspicios del SEAE. Esta plataforma política prestará atención a la gestión de los flujos de población procedentes de Afganistán, a la prevención de la propagación del terrorismo y a la lucha contra la delincuencia organizada, incluido el tráfico de drogas y el tráfico ilícito de personas.