05/06/2022
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“Día mundial del Medio Ambiente”. Sin un medio ambiente seguro, no hay seguridad humana
05 de junio 2022
“La Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano, pero no la de su codicia”. Mahatma Gandhi
En España, como recoge la Ley 36/2015, la Seguridad Nacional «se entiende como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad, los derechos y el bienestar de sus ciudadanos». Este concepto, compartido con las democracias de nuestro entorno, enfoca el esfuerzo del gobierno a garantizar la seguridad humana como su función primigenia. Por ello, y entre otros muchos ámbitos que conforman nuestra vida cotidiana, hay que atender, con especial interés, a la preservación del medio ambiente.
Ante esta evidencia, es imprescindible concretar lo que entendemos como medio ambiente. La Real Academia Española de la Lengua nos proporciona una visión clara de este concepto, como «el conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades». Desde la perspectiva de la referida seguridad humana, es importancia hacerse eco —como objetivo prioritario de la Seguridad Nacional— de los esfuerzos que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 5 de junio de 1972, cuando instauró el “Día Mundial del Medio Ambiente”.
En esa fecha, comenzó la Conferencia de Estocolmo que, por primera vez en la historia, situó al medio ambiente como un asunto de importancia global. La finalidad de este evento anual es aumentar la sensibilización de la población mundial, empresas, organizaciones y gobiernos sobre la importancia de los ecosistemas y el respeto al medio ambiente. En este contexto, los participantes adoptaron una serie de principios para la gestión racional del medio ambiente, incluida la Declaración y el Plan de acción de Estocolmo para el medio humano de 1972.
Cincuenta años después, el Día Mundial del Medio Ambiente 2022 recupera el lema empleado en aquella celebrada cumbre: "Una sola Tierra”, para recordarnos que la «protección del medio ambiente requiere del apoyo de todos» y que es necesaria «la transformación de las sociedades y economías globales hacia la inclusión, justicia y respeto con la naturaleza».
Según Naciones Unidas, «la Tierra se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten; la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han conllevado a que aproximadamente un millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua».
Esa emergencia se muestra inapelable cuando percibimos los efectos del deterioro ambiental que, como subraya el Informe Anual de Seguridad Nacional 2021, se ha acelerado debido a las consecuencias del cambio climático. Así, el nivel del mar sube cada año; o las sequías son cada vez más acusadas y prologadas en el tiempo, lo que dificulta la producción de alimentos. Por otro lado, la subida de la temperatura global está fundiendo los casquetes polares y, con ello, aumenta el número, la dimensión y el peligro de los incendios forestales.
Además, los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes; y crisis sanitarias globales como las que aún vivimos —provocada, esta vez, por el virus SARS-CoV-2— podrán volver a repetirse si seguimos destruyendo ecosistemas.
Cuando se supere totalmente la crisis del coronavirus, todos los países afectados irán retomando las rutinas productivas. Ahora, y para ayudar a nuestro planeta, debemos recordar qué ha supuesto la paralización mundial de industrias y economías para nuestras sociedades. Durante la pandemia, los patrones de consumo han variado y las emisiones se han reducido de forma excepcional, pero este largo tiempo de “hibernación productiva” no ha sido suficiente para frenar el calentamiento global, como recoge el resumen climatológico anual elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET). Por ello, es imprescindible priorizar la sostenibilidad de nuestra vida cotidiana para garantizar la pervivencia de nuestra especie. Con este propósito, y aunque los avances son lentos, el último informe sobre el progreso de cumplimiento de los Objetivos al Desarrollo Sostenible (ODS) señala —como dato esperanzador— que la UE ha mejorado en la mayor parte de los objetivos en los últimos cinco años; sin embargo, se aprecian retrocesos en el objetivo referido a la protección de los ecosistemas.
El medio ambiente: un compromiso estratégico de España
España es un país comprometido con la seguridad medioambiental, como subraya la Estrategia de Seguridad Nacional 2021. En su capítulo 3, considera que la transición ecológica es uno de los principales vectores de transformación del nuevo panorama internacional. Además, señala que los efectos del cambio climático y de la degradación del medio natural son riesgos y amenazas muy relevantes para la Seguridad Nacional.
Por otro lado, España busca una “recuperación verde” que reconduzca el modelo de desarrollo y no hipoteque nuestro futuro, como señala la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. Más concretamente, y para garantizar la conservación de los ecosistemas, la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas (julio de 2021) regula la implantación y el desarrollo de la Infraestructura Verde en España, que incluye las aguas marítimas bajo soberanía o jurisdicción nacional.
Por último, para el Sistema de Seguridad Nacional es especialmente importante el desarrollo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030. Ya en su preámbulo, el Plan recoge orientaciones claras para la conservación y mejora de nuestro medio ambiente, siempre con el objetivo de «promover la acción coordinada y coherente frente a los efectos del cambio climático en España para evitar o reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático y construir una economía y una sociedad más resilientes».
Hoy, el Día Mundial del Medio Ambiente 2022 nos recuerda que la consecución de este objetivo exige de la colaboración de todos.
05 de junio 2022
“La Tierra proporciona lo suficiente para satisfacer las necesidades de cada ser humano, pero no la de su codicia”. Mahatma Gandhi
En España, como recoge la Ley 36/2015, la Seguridad Nacional «se entiende como la acción del Estado dirigida a proteger la libertad, los derechos y el bienestar de sus ciudadanos». Este concepto, compartido con las democracias de nuestro entorno, enfoca el esfuerzo del gobierno a garantizar la seguridad humana como su función primigenia. Por ello, y entre otros muchos ámbitos que conforman nuestra vida cotidiana, hay que atender, con especial interés, a la preservación del medio ambiente.
Ante esta evidencia, es imprescindible concretar lo que entendemos como medio ambiente. La Real Academia Española de la Lengua nos proporciona una visión clara de este concepto, como «el conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades». Desde la perspectiva de la referida seguridad humana, es importancia hacerse eco —como objetivo prioritario de la Seguridad Nacional— de los esfuerzos que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 5 de junio de 1972, cuando instauró el “Día Mundial del Medio Ambiente”.
En esa fecha, comenzó la Conferencia de Estocolmo que, por primera vez en la historia, situó al medio ambiente como un asunto de importancia global. La finalidad de este evento anual es aumentar la sensibilización de la población mundial, empresas, organizaciones y gobiernos sobre la importancia de los ecosistemas y el respeto al medio ambiente. En este contexto, los participantes adoptaron una serie de principios para la gestión racional del medio ambiente, incluida la Declaración y el Plan de acción de Estocolmo para el medio humano de 1972.
Cincuenta años después, el Día Mundial del Medio Ambiente 2022 recupera el lema empleado en aquella celebrada cumbre: "Una sola Tierra”, para recordarnos que la «protección del medio ambiente requiere del apoyo de todos» y que es necesaria «la transformación de las sociedades y economías globales hacia la inclusión, justicia y respeto con la naturaleza».
Según Naciones Unidas, «la Tierra se enfrenta a una triple emergencia planetaria: el clima se calienta a un ritmo demasiado rápido para que las personas y la naturaleza se adapten; la pérdida de hábitat y otras presiones sobre la naturaleza han conllevado a que aproximadamente un millón de especies estén en peligro de extinción; y la contaminación continúa envenenando nuestro aire, tierra y agua».
Esa emergencia se muestra inapelable cuando percibimos los efectos del deterioro ambiental que, como subraya el Informe Anual de Seguridad Nacional 2021, se ha acelerado debido a las consecuencias del cambio climático. Así, el nivel del mar sube cada año; o las sequías son cada vez más acusadas y prologadas en el tiempo, lo que dificulta la producción de alimentos. Por otro lado, la subida de la temperatura global está fundiendo los casquetes polares y, con ello, aumenta el número, la dimensión y el peligro de los incendios forestales.
Además, los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes; y crisis sanitarias globales como las que aún vivimos —provocada, esta vez, por el virus SARS-CoV-2— podrán volver a repetirse si seguimos destruyendo ecosistemas.
Cuando se supere totalmente la crisis del coronavirus, todos los países afectados irán retomando las rutinas productivas. Ahora, y para ayudar a nuestro planeta, debemos recordar qué ha supuesto la paralización mundial de industrias y economías para nuestras sociedades. Durante la pandemia, los patrones de consumo han variado y las emisiones se han reducido de forma excepcional, pero este largo tiempo de “hibernación productiva” no ha sido suficiente para frenar el calentamiento global, como recoge el resumen climatológico anual elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET). Por ello, es imprescindible priorizar la sostenibilidad de nuestra vida cotidiana para garantizar la pervivencia de nuestra especie. Con este propósito, y aunque los avances son lentos, el último informe sobre el progreso de cumplimiento de los Objetivos al Desarrollo Sostenible (ODS) señala —como dato esperanzador— que la UE ha mejorado en la mayor parte de los objetivos en los últimos cinco años; sin embargo, se aprecian retrocesos en el objetivo referido a la protección de los ecosistemas.
El medio ambiente: un compromiso estratégico de España
España es un país comprometido con la seguridad medioambiental, como subraya la Estrategia de Seguridad Nacional 2021. En su capítulo 3, considera que la transición ecológica es uno de los principales vectores de transformación del nuevo panorama internacional. Además, señala que los efectos del cambio climático y de la degradación del medio natural son riesgos y amenazas muy relevantes para la Seguridad Nacional.
Por otro lado, España busca una “recuperación verde” que reconduzca el modelo de desarrollo y no hipoteque nuestro futuro, como señala la Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética. Más concretamente, y para garantizar la conservación de los ecosistemas, la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas (julio de 2021) regula la implantación y el desarrollo de la Infraestructura Verde en España, que incluye las aguas marítimas bajo soberanía o jurisdicción nacional.
Por último, para el Sistema de Seguridad Nacional es especialmente importante el desarrollo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030. Ya en su preámbulo, el Plan recoge orientaciones claras para la conservación y mejora de nuestro medio ambiente, siempre con el objetivo de «promover la acción coordinada y coherente frente a los efectos del cambio climático en España para evitar o reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático y construir una economía y una sociedad más resilientes».
Hoy, el Día Mundial del Medio Ambiente 2022 nos recuerda que la consecución de este objetivo exige de la colaboración de todos.