08/06/2022
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Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana: crisis humanitaria, violencia terrorista y cambios anticonstitucionales de gobierno
8 de junio 2022
Guinea Ecuatorial acogió la última Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana que se ha celebrado en formato doble. Entre el 25 y el 28 de mayo, dos asambleas independientes —una relativa a la situación humanitaria, junto con una Conferencia de Donantes; y otra sobre terrorismo y cambios de gobierno anticonstitucionales— han concitado la participación de numerosos líderes africanos en la capital Malabo para abordar las principales cuestiones que preocupan a los miembros de la esta organización regional.
Esta cumbre llega en un momento crucial para África, tanto a nivel humanitario como en el plano de la seguridad. África está sufriendo las consecuencias indirectas de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que amenazan con empeorar todavía más la crisis humanitaria y alimentaria que sufren ya muchos países africanos. Esta situación se une a la realidad que atraviesan varios países miembros de la Unión Africana (UA) —Burkina Faso, Guinea Conakry, Mali y Sudán—, que han sido suspendidos de la organización tras sufrir golpes de estado y cambios anticonstitucionales de gobierno.
Crisis humanitaria en el continente africano
Las necesidades humanitarias no dejan de crecer en África. El continente se enfrenta a continuas crisis climáticas, así como a conflictos que agravan la frágil situación y multiplican los desplazados internos, refugiados y población que se ahoga en la inseguridad alimentaria. Además, el impacto de la COVID-19 y de la desaceleración económica —unido ahora a las devastadoras consecuencias de la invasión de Ucrania— han multiplicado los retos a los que se enfrenta el contingente africano, y que están dinamitando las perspectivas de un futuro estable y próspero.
En total, según ACNUR, alrededor de 30 millones de personas refugiadas, desplazadas internas y solicitantes de asilo viven en África, lo que representa casi un tercio de la población refugiada a nivel mundial. Además, 113 millones de personas en los 15 países africanos más afectados por esta situación requieren asistencia urgente en 2022.
Con esta Cumbre Humanitaria Extraordinaria y la Conferencia de Donantes, la Unión Africana pretende mostrar su determinación para buscar soluciones a la emergencia humana que enfrenta el continente, además de acordar esfuerzos en este ámbito e identificar soluciones duraderas y sostenibles. En su discurso de apertura, el presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema Mbasogo, destacó que «ante los movimientos de desplazados, la recuperación económica, los hambrunas, la inseguridad política y alimentaria o la educación de los niños y la protección de las personas más vulnerables, el terrorismo, la piratería, los mercenarios y los golpes de Estado, nuestros gobiernos han demostrado su incapacidad para encontrar soluciones»; y —ante esta situación— «África, con todos los medios y recursos a su disposición, no puede sentirse incapaz de hacer frente a estas situaciones que doblegan a nuestras poblaciones».
África y las devastadoras consecuencias de la invasión rusa de Ucrania
Por su parte, y durante su intervención telemática en la Cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, refirió que «la Unión Europea se está comprometiendo con un mayor apoyo financiero a nuestros socios africanos. Con un enfoque inmediato en abordar la seguridad alimentaria. Y un enfoque a largo plazo en las causas fundamentales de la inseguridad. Porque África y Europa comparten la esperanza y la misión del desarrollo sostenible y la paz». En este contexto, la presidenta lamentó el papel de Rusia y las consecuencias de la agresión rusa para la seguridad alimentaria mundial y especialmente en África.
Tras la celebración de esta cumbre, y con el objetivo de paliar la crisis humanitaria, alimentaria y económica que amenaza a muchos países africanos, el presidente senegalés Macky Sall —presidente de turno de la UA—, se ha reunido con Putin. Sall defiende que los países africanos son víctimas del conflicto en Ucrania y solicita que se levanten las sanciones contra el trigo y los fertilizantes. El presidente ruso, por su parte, ha expresado a Sall su plena disponibilidad para facilitar la exportación de cereales ucranianos, aunque —una vez más— intentó culpabilizar a Occidente de esta situación, a quien pidió que se levanten las sanciones contra el trigo y los fertilizantes.
Situación de seguridad en África
Otro de los grandes y acuciantes retos de África es la seguridad, en especial la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento. La amenaza terrorista se ha extendido a las cinco regiones de la Unión Africana y arrastra consigo un creciente debilitamiento de los gobiernos, de la integridad territorial estatal y del contrato social. Según el Índice Global de Terrorismo de 2022, cerca de la mitad de las muertes a causa del terrorismo a nivel global en 2021 se registraron en el continente africano.
La segunda cumbre de la UA se centró en esta creciente amenaza y en los cambios inconstitucionales de gobierno, desde la constatación del vínculo existente entre el terrorismo y la fractura de la soberanía nacional y la integridad territorial. Entre otros aspectos, los dirigentes africanos evaluaron las amenazas y los mecanismos de respuesta actuales, para buscar soluciones que fortalezcan la seguridad colectiva de los Estados miembros que se enfrentan al terrorismo, al extremismo violento y a cambios inconstitucionales de gobiernos.
Asimismo, abordaron el resurgimiento de los cambios inconstitucionales de gobierno, la expansión del terrorismo yihadista y la violencia sectaria, la afluencia de combatientes terroristas extranjeros, empresas militares privadas y mercenarios, la proliferación de grupos armados y la delincuencia organizada transnacional; todos ellos, elementos perturbadores de la paz, la seguridad, la estabilidad, la soberanía y la integridad territorial de algunos Estados miembros de la UA.
El Sahel en el centro de la inestabilidad
Durante la sesión, la región del Sahel Occidental ocupó un lugar central, ya que se mantiene como epicentro de la inestabilidad en África, debido tanto a la inseguridad relacionada con la violencia de grupos armados y terroristas, como por la crisis política.
En este sentido, Burkina Faso, Guinea y Mali siguen suspendidos de la Unión Africana y de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Además, Mali también ha sido duramente sancionado por la CEDEAO tras los golpes de Estado registrados desde agosto de 2020. A pesar de ello, el gobierno maliense sigue manteniendo su particular pulso contra los Estados regionales, y ha vuelto a reiterar que «la duración de la transición está fijada en 24 meses», a partir del 26 de marzo de 2022: un periodo que la CEDEAO aún considera demasiado largo.
Respecto a la situación de inseguridad, en el primer trimestre de 2022 la región de África Occidental ha registrado las peores cifras en términos de violencia terrorista, superando las registradas en el mismo periodo del año anterior e incluso las cifras de los últimos meses de 2021. Burkina Faso se consolida como el foco más castigado por la violencia yihadista mientras que, en Mali, entre el 22 de mayo y el 3 de junio se han registrado seis ataques contra convoyes de la MINUSMA.
Frente a los despiadados ataque que está sufriendo la misión internacional de Naciones Unidas, y en un comunicado oficial, España —que participa en la misión con personal de fuerzas de seguridad y militar— ha mostrado su preocupación por el «grave deterioro de la situación de seguridad y humanitaria en el Sahel» y reitera su «compromiso con la lucha contra la amenaza terrorista en la región, así como la estabilización y el desarrollo de los países» que la conforman.
8 de junio 2022
Guinea Ecuatorial acogió la última Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana que se ha celebrado en formato doble. Entre el 25 y el 28 de mayo, dos asambleas independientes —una relativa a la situación humanitaria, junto con una Conferencia de Donantes; y otra sobre terrorismo y cambios de gobierno anticonstitucionales— han concitado la participación de numerosos líderes africanos en la capital Malabo para abordar las principales cuestiones que preocupan a los miembros de la esta organización regional.
Esta cumbre llega en un momento crucial para África, tanto a nivel humanitario como en el plano de la seguridad. África está sufriendo las consecuencias indirectas de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que amenazan con empeorar todavía más la crisis humanitaria y alimentaria que sufren ya muchos países africanos. Esta situación se une a la realidad que atraviesan varios países miembros de la Unión Africana (UA) —Burkina Faso, Guinea Conakry, Mali y Sudán—, que han sido suspendidos de la organización tras sufrir golpes de estado y cambios anticonstitucionales de gobierno.
Crisis humanitaria en el continente africano
Las necesidades humanitarias no dejan de crecer en África. El continente se enfrenta a continuas crisis climáticas, así como a conflictos que agravan la frágil situación y multiplican los desplazados internos, refugiados y población que se ahoga en la inseguridad alimentaria. Además, el impacto de la COVID-19 y de la desaceleración económica —unido ahora a las devastadoras consecuencias de la invasión de Ucrania— han multiplicado los retos a los que se enfrenta el contingente africano, y que están dinamitando las perspectivas de un futuro estable y próspero.
En total, según ACNUR, alrededor de 30 millones de personas refugiadas, desplazadas internas y solicitantes de asilo viven en África, lo que representa casi un tercio de la población refugiada a nivel mundial. Además, 113 millones de personas en los 15 países africanos más afectados por esta situación requieren asistencia urgente en 2022.
Con esta Cumbre Humanitaria Extraordinaria y la Conferencia de Donantes, la Unión Africana pretende mostrar su determinación para buscar soluciones a la emergencia humana que enfrenta el continente, además de acordar esfuerzos en este ámbito e identificar soluciones duraderas y sostenibles. En su discurso de apertura, el presidente de Guinea Ecuatorial, Obiang Nguema Mbasogo, destacó que «ante los movimientos de desplazados, la recuperación económica, los hambrunas, la inseguridad política y alimentaria o la educación de los niños y la protección de las personas más vulnerables, el terrorismo, la piratería, los mercenarios y los golpes de Estado, nuestros gobiernos han demostrado su incapacidad para encontrar soluciones»; y —ante esta situación— «África, con todos los medios y recursos a su disposición, no puede sentirse incapaz de hacer frente a estas situaciones que doblegan a nuestras poblaciones».
África y las devastadoras consecuencias de la invasión rusa de Ucrania
Por su parte, y durante su intervención telemática en la Cumbre, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, refirió que «la Unión Europea se está comprometiendo con un mayor apoyo financiero a nuestros socios africanos. Con un enfoque inmediato en abordar la seguridad alimentaria. Y un enfoque a largo plazo en las causas fundamentales de la inseguridad. Porque África y Europa comparten la esperanza y la misión del desarrollo sostenible y la paz». En este contexto, la presidenta lamentó el papel de Rusia y las consecuencias de la agresión rusa para la seguridad alimentaria mundial y especialmente en África.
Tras la celebración de esta cumbre, y con el objetivo de paliar la crisis humanitaria, alimentaria y económica que amenaza a muchos países africanos, el presidente senegalés Macky Sall —presidente de turno de la UA—, se ha reunido con Putin. Sall defiende que los países africanos son víctimas del conflicto en Ucrania y solicita que se levanten las sanciones contra el trigo y los fertilizantes. El presidente ruso, por su parte, ha expresado a Sall su plena disponibilidad para facilitar la exportación de cereales ucranianos, aunque —una vez más— intentó culpabilizar a Occidente de esta situación, a quien pidió que se levanten las sanciones contra el trigo y los fertilizantes.
Situación de seguridad en África
Otro de los grandes y acuciantes retos de África es la seguridad, en especial la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento. La amenaza terrorista se ha extendido a las cinco regiones de la Unión Africana y arrastra consigo un creciente debilitamiento de los gobiernos, de la integridad territorial estatal y del contrato social. Según el Índice Global de Terrorismo de 2022, cerca de la mitad de las muertes a causa del terrorismo a nivel global en 2021 se registraron en el continente africano.
La segunda cumbre de la UA se centró en esta creciente amenaza y en los cambios inconstitucionales de gobierno, desde la constatación del vínculo existente entre el terrorismo y la fractura de la soberanía nacional y la integridad territorial. Entre otros aspectos, los dirigentes africanos evaluaron las amenazas y los mecanismos de respuesta actuales, para buscar soluciones que fortalezcan la seguridad colectiva de los Estados miembros que se enfrentan al terrorismo, al extremismo violento y a cambios inconstitucionales de gobiernos.
Asimismo, abordaron el resurgimiento de los cambios inconstitucionales de gobierno, la expansión del terrorismo yihadista y la violencia sectaria, la afluencia de combatientes terroristas extranjeros, empresas militares privadas y mercenarios, la proliferación de grupos armados y la delincuencia organizada transnacional; todos ellos, elementos perturbadores de la paz, la seguridad, la estabilidad, la soberanía y la integridad territorial de algunos Estados miembros de la UA.
El Sahel en el centro de la inestabilidad
Durante la sesión, la región del Sahel Occidental ocupó un lugar central, ya que se mantiene como epicentro de la inestabilidad en África, debido tanto a la inseguridad relacionada con la violencia de grupos armados y terroristas, como por la crisis política.
En este sentido, Burkina Faso, Guinea y Mali siguen suspendidos de la Unión Africana y de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). Además, Mali también ha sido duramente sancionado por la CEDEAO tras los golpes de Estado registrados desde agosto de 2020. A pesar de ello, el gobierno maliense sigue manteniendo su particular pulso contra los Estados regionales, y ha vuelto a reiterar que «la duración de la transición está fijada en 24 meses», a partir del 26 de marzo de 2022: un periodo que la CEDEAO aún considera demasiado largo.
Respecto a la situación de inseguridad, en el primer trimestre de 2022 la región de África Occidental ha registrado las peores cifras en términos de violencia terrorista, superando las registradas en el mismo periodo del año anterior e incluso las cifras de los últimos meses de 2021. Burkina Faso se consolida como el foco más castigado por la violencia yihadista mientras que, en Mali, entre el 22 de mayo y el 3 de junio se han registrado seis ataques contra convoyes de la MINUSMA.
Frente a los despiadados ataque que está sufriendo la misión internacional de Naciones Unidas, y en un comunicado oficial, España —que participa en la misión con personal de fuerzas de seguridad y militar— ha mostrado su preocupación por el «grave deterioro de la situación de seguridad y humanitaria en el Sahel» y reitera su «compromiso con la lucha contra la amenaza terrorista en la región, así como la estabilización y el desarrollo de los países» que la conforman.