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Estrategia Nacional de Protección Civil 2024

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El Consejo de Seguridad Nacional, reunido el pasado día 15 de octubre, bajo la presidencia de SM El Rey, aprobó la Estrategia Nacional de Protección Civil 2024, instrumento de planificación estratégica para la protección ante emergencias y catástrofes.

 

ENPC2024

 

La Estrategia Nacional de Protección Civil 2024 supone una evolución de su predecesora, del año 2019, que ha demostrado ser un instrumento integral y eficaz para la gestión de emergencias. Este carácter evolutivo se proyecta tanto en la actualización del análisis de los riesgos que pueden afectar a las personas y bienes protegidos por la protección civil y de las capacidades de respuesta necesarias, como en la formulación de líneas estratégicas de acción para anticipar, prevenir y responder eficazmente ante este tipo de situaciones. 

 

En los últimos años se han producido situaciones que han puesto a prueba la capacidad de respuesta y prevención de nuestro país, como las recurrentes inundaciones provocadas por episodios de meteorología adversa, la pandemia originada en 2020 por la COVID-19, la aceleración de los efectos del cambio climático con intensas campañas de incendios forestales, o la erupción volcánica de la isla de La Palma. Así, si bien la Estrategia Nacional de Protección Civil de 2019 permitió abordar de manera adecuada una amplia gama de sucesos, existía la necesidad de contar con una nueva estrategia aún más sólida y eficaz.

 

Las emergencias y catástrofes en la Estrategia de Seguridad Nacional 2021

 

La Estrategia de Seguridad Nacional, vigente desde 2021 y documento marco de la política de Seguridad Nacional, incluye a las emergencias y catástrofes como uno de los principales riesgos y amenazas por su impacto en la seguridad de las personas, bienes o infraestructuras. En tal sentido, prevé como factores potenciadores del riesgo de emergencias y catástrofes tanto la despoblación rural como la sobrepoblación de algunas ciudades, la degradación del ecosistema agravada por los efectos del cambio climático o el incremento en la magnitud y frecuencia de algunos fenómenos meteorológicos adversos. 

 

En este contexto, se identifican como principales riesgos en este ámbito las inundaciones, los incendios forestales, los terremotos y maremotos, el riesgo volcánico, los fenómenos meteorológicos adversos, los accidentes en instalaciones o durante procesos en los que se utilicen o almacenen sustancias peligrosas, el transporte de mercancías peligrosas por carretera y ferrocarril, los accidentes catastróficos en el marco del transporte de viajeros y los riesgos nucleares, radiológicos y biológicos. 

 

Este documento estratégico de segundo nivel está alineado con la Estrategia de Seguridad Nacional 2021, en la que se identifica como primer eje estratégico “Una España que protege la vida de las personas y sus derechos y libertades, así como el orden constitucional”. En ese eje se prevé expresamente que el fortalecimiento de las capacidades de los componentes fundamentales de la Seguridad Nacional –la defensa nacional, la acción exterior y la seguridad pública, con el apoyo de los servicios de inteligencia e información del estado– junto al refuerzo de la sanidad pública, la protección civil y la protección de las Infraestructuras Críticas son claves para hacer frente a las amenazas que afectan a los valores e intereses de España y contribuyen a su cohesión territorial.

 

Objetivos estratégicos y líneas de actuación
 

Los objetivos estratégicos contemplados en la recién aprobada Estrategia Nacional de Protección Civil 2024 se corresponden con las diferentes fases del ciclo de protección civil, tal y como se definen en la Ley 17/2015, del Sistema Nacional de Protección Civil: Anticipación, Prevención, Planificación, Respuesta y Recuperación. 

 

ObEstratégicos

 

Además, se contemplan dos objetivos transversales, fundamentales para el funcionamiento y la mejora continua del Sistema, pero no alineados directamente con ninguno de los anteriores: la formación y las relaciones internacionales. Un tercer aspecto transversal es la tecnología, tanto en lo que respecta a las comunicaciones como en lo referente a los sistemas de información para el soporte a la decisión. Este tercer aspecto se concibe como una herramienta que permite y facilita el desarrollo de los demás. Por este motivo, las líneas de acción relacionadas con dicho ámbito se encuentran asignadas al objetivo estratégico al que sirven de apoyo.

 

En torno a estos objetivos, la Estrategia establece 58 las líneas de acción (L.A.), que incorporan, a su vez, elementos de alineación o convergencia con medidas europeas e internacionales, reflejo de la naturaleza global de la mayoría de las amenazas a la Seguridad Nacional.