25 junio 2019
“Tierras raras” es la denominación empleada para referirse a diecisiete sustancias químicas de la tabla periódica (los quince lantánidos, el escandio y el itrio). Se caracterizan por su alta conductividad eléctrica y su magnetismo, propiedades que las hace óptimas para la fabricación de productos como por ejemplo baterías para teléfonos móviles, componentes para vehículos eléctricos, o sistemas de iluminación led. Los aerogeneradores también emplean componentes fabricados con tierras raras. Asimismo, estos minerales son clave en la producción de elementos directamente relacionados con la seguridad y la defensa, como por ejemplo, los sistemas de guiado de misiles, o la tecnología vía satélite.
Figura 1: tierras raras en la tabla periódica
Se denominan “tierras raras” debido a su dificultad de extracción. Estos elementos químicos se encuentran presentes de forma habitual en buena parte de la geografía terrestre. En España se han llevado a cabo algunos estudios de viabilidad, en concreto en Galicia y en Castilla la Mancha, pero sin llegar a ser rentables. Su gran dispersión hace que en la mayoría de los casos no resulte ventajosa. Además, desde un punto de vista medioambiental, las operaciones con tierras raras encuentran serias contraindicaciones.
A nivel mundial las principales minas se encuentran en China, principal país suministrador con unas cifras de exportación a Estados Unidos del 80% del total mundial. Un factor adicional a tener en cuenta es que China, además de ser país líder a nivel mundial en extracción de tierras raras, ha adquirido la capacidad de ser el principal “elaborador” de componentes asociados a estos materiales. En China se encuentran las mayores fábricas de productos que son procesados con estos minerales.
Esta doble característica otorga a China un arma potencial a emplear en la guerra tecnológica y comercial con Estados Unidos. Existen precedentes de ejemplos similares en el pasado, como es el caso de 2010, en el contexto de un litigio marítimo entre China y Japón, donde China hizo uso de la restricción de minerales a Japón como elemento de fuerza en la disputa.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha publicado recientemente un documento titulado “Estrategia Federal para asegurar un suministro fiable y seguro de minerales críticos”[1] que da cumplimiento a la Orden Presidencial Ejecutiva 13817, de 20 de diciembre de 2017, del Gobierno de los Estados Unidos.[2] El informe reconoce la vulnerabilidad que resulta de la dependencia externa de los treinta y cinco minerales clasificados críticos (y entre los que se encuentran las diecisiete “tierras raras”), recurso considerado estratégico para la seguridad nacional y la prosperidad económica. En el informe se contemplan medidas de mitigación entre las que se encuentran la promoción de la investigación tecnológica, el fortalecimiento del comercio internacional con países aliados, o la diversificación de países proveedores.
Desde otra perspectiva, determinados informes, entre los que se encuentran los elaborados por analistas de varias entidades financieras y de inversión destacan los efectos limitados de la restricción de las exportaciones de tierras raras. Esto es debido a la posibilidad de encontrar proveedores alternativos en otros países, si bien a menor escala. Además, el volumen de negocio es relativamente pequeño, si se compara con otro tipo de recursos. Una restricción tendría poco traslado al precio final. Por su parte, cabe considerar la pérdida de confianza internacional en China como proveedor, en el eventual caso de recurrir a este tipo de medidas. La utilización de material reciclado permitiría asimismo reducir al mínimo la importancia de las importaciones.
En España, las importaciones de tierras raras son de 550 toneladas al año para la fabricación de vidrios y de cerámicas. Su procedencia es principalmente de China. También se importan cantidades menores de Austria, Francia e Italia. Las implicaciones para la Seguridad Nacional son muy limitadas y se asociarían a un contexto más amplio de eventual inestabilidad de los mercados globales y subida temporal de precios asociada a la denominada “guerra comercial”.