Prórroga del Tratado Start III: Avance en el régimen de No Proliferación

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10 de febrero 2021 
Prórroga del Tratado Start III: Avance en el régimen de No Proliferación

El día 4 de febrero, Estados Unidos y Rusia alcanzaron un acuerdo para prorrogar el Tratado START III (New START) que, desde 1991, es el marco para reducir el número de misiles nucleares de ambas superpotencias. La prórroga ha supuesto un hito de enorme importancia y un viraje en la línea de incremento de tensión que había tomado el Régimen Internacional de No Proliferación estos últimos años.

La llegada de la Administración Biden al gobierno de los EEUU ha facilitado esta extensión de cinco años, pues el ex presidente Trump intentó sin éxito encontrar una solución temporal y prorrogar el pacto durante un corto periodo de tiempo. No obstante, ahora habrá que observar el desarrollo del propio tratado, así como otros acuerdos internacionales de enorme trascendencia en este ámbito.

Esta prórroga se ha logrado en un escenario internacional muy inestable, y debe convertirse en un referente para las futuras negociaciones en el marco de la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP): un desafío trascendental de seguridad en el siglo XXI.

La No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva. Los tratados START

Es comúnmente aceptada la definición de Stephen Krasner de un “régimen internacional”, como un “conjunto de principios, normas, reglas y procedimientos alrededor de las cuales convergen en un área las relaciones internacionales”. En el caso de régimen de No Proliferación de Armas de Destrucción Masiva —uno de los ámbitos de máxima importancia en todas las Estrategias de Seguridad Nacional de España—, este ha modulado el comportamiento y expectativas de los actores internacionales desde la década de los sesenta y, entre otros avances, ha permitido contener la proliferación de armas nucleares.

A finales de los sesenta, convergieron varios factores que facilitaron progresar hacia la reducción de arsenales de las superpotencias que protagonizaban la “guerra fría”: el exceso de armas nucleares amenazaba con la destrucción mutua, la aparición de nuevas armas hacía innecesarias parte de las ya existentes, el esfuerzo económico era difícilmente sostenible y el riesgo de una guerra accidental crecía. Además, comenzó a prevalecer la idea generalizada de que era más conveniente al desarme que mantener la narrativa del “enemigo” y ganar la guerra de la propaganda. 

 

 


Fuente: STOCKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE

 

La Situación del Régimen de No Proliferación en el momento del acuerdo

En los últimos años, la delicada arquitectura del Régimen de la No Proliferación se ha visto muy afectada por una crisis genérica del multilateralismo. Aun ahora, sigue existiendo una importante desconfianza entre los grandes actores. Importantes acuerdos, como el Tratado de Cielos Abiertos, han sido o están siendo abandonados por los actores más importantes de la geopolítica mundial. El Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) desapareció en 2019; y el Plan de Acción Integral Conjunto para Irán (JCPoA, por sus siglas en inglés) se encuentra en un momento crítico después de su abandono por EEUU y los incumplimientos de Irán.

Este próximo verano se espera poder llevar adelante la Conferencia de Revisión del TNP (Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares), posiblemente el acuerdo multilateral de mayor alcance y en el que muchos estados, entre ellos España a través de su implicación en el Grupo de Estocolmo, tienen centrados los esfuerzos para revitalizar el Régimen.

La prórroga del NEW START

En esa situación, la comunidad internacional percibía con expectación la llegada de la nueva administración norteamericana, liderada por el presidente Biden: una oportunidad para intentar retomar los esfuerzos que, en el marco de un multilateralismo reforzado, permitieran alcanzar objetivos concretos.

La consecución de la prórroga ha estado condicionada por importantes obstáculos, entre otros, las intenciones originales de la administración Trump de exigir la incorporación de China al acuerdo. Ahora, la actitud de EEUU es más abierta para aprovechar la posición rusa que, buscando un posicionamiento ante el previsible aumento del peso del multilateralismo en la geopolítica global, se había mantenido firme en su voluntad de renovar el acuerdo.

La reciente prórroga, que ha sido recibida con enorme esperanza en todo el mundo, tendrá vigencia hasta el 5 de febrero de 2026. En este sentido, el alto representante para la Política Exterior de la UE Josep Borrell ha declarado que «la UE otorga la mayor importancia al tratado New START y considera que es una contribución crucial a la seguridad internacional y europea».

Por último, el acuerdo abre la puerta a nuevas perspectivas. Entre otros avances, da margen a la continuación de conversaciones para negociar un nuevo régimen que incluya todos los tipos de armas, y también a nuevos actores, como China. Además, el START III representa un fuerte impulso para superar las dificultades que afronta la comunidad internacional en este ámbito, y que tendrán su punto de mayor importancia en agosto de este año, fecha prevista para la celebración de la Conferencia de Revisión del TNP en Nueva York.
 

 
 
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