13 octubre 2016 - El peligro de inundaciones en España afecta a todo el territorio nacional y puede materializarse en cualquier momento del año. Sin embargo, en la Península Ibérica es más acusado durante la estación de otoño.
El riesgo está condicionado por circunstancias naturales (climáticas, meteorológicas, orográficas) y de carácter antrópico (expansión urbana, deforestación, infraestructuras). Estos factores pueden actuar como potenciadores de riesgo y contribuir al aumento de los daños.
Las situaciones más peligrosas se originan en un particular sistema de baja presión conocido en el ámbito meteorológico con el acrónimo DANA (depresión aislada de niveles altos), expresión que en términos periodísticos se suele traducir como “gota fría”. Los efectos de este fenómeno se dejan notar, especialmente, en las zonas costeras mediterráneas, donde se concentran grandes masas de aire húmedo y cálido que, al ascender rápidamente, originan intensas lluvias torrenciales.
Cuando este fenómeno se produce en cuencas hidrográficas de pequeña extensión y alta pendiente, como las del área mediterránea, el riesgo de inundaciones catastróficas puede ser elevado.
Cambio climático
En España, los escenarios de cambio climático pronostican una reducción de las precipitaciones y un aumento de la evaporación atmosférica. Además, es previsible que el calentamiento global incremente la intensidad de las lluvias extremas. Sin embargo, es complicado vaticinar cómo afectará esa intensidad en cada lugar, región por región.
Acciones para prevenir el daño de las inundaciones
Las medidas para gestionar el problema de las inundaciones pueden clasificarse en medidas estructurales y no estructurales.
Son medidas estructurales las dirigidas a evitar las avenidas mediante la realización de obras de infraestructura, fundamentalmente embalses de laminación o encauzamientos, construcción de terraplenes, muros de protección y obras de drenaje en las vías de comunicación.
Mientras que las medidas no estructurales son aquellas que pretenden disminuir la vulnerabilidad del territorio a través de actuaciones que reducen el impacto económico y social de las inundaciones. Las actuaciones de conservación de suelos y la reforestación, los sistemas de aseguramiento o las medidas de ordenación del territorio, delimitando los niveles de riesgo y los usos del suelo, entran en esta categoría.
España dispone actualmente de un esquema normativo muy coherente de medidas no estructurales contra riesgos de inundaciones, que incluye directivas comunitarias y una abundante normativa en materia de aguas continentales, costas, protección civil, seguridad de presas y embalses, suelo, ordenación territorial y aseguramiento de riesgos catastróficos.
Desde una perspectiva medioambiental, lo más destacable es la coordinación de las actuaciones de gestión del riesgo con la Directiva Marco del Agua y con las medidas de restauración hidrológico-forestal. También se ha reformado la normativa de protección del dominio público hidráulico y se ha restringido el uso de determinadas áreas de las riberas.
Cultura de seguridad
El conocimiento del riesgo de inundaciones, además de un derecho de todos los ciudadanos, es una condición necesaria en la prevención.
España dispone de excelentes instituciones que difunden información para la prevención de riesgos naturales, tanto en el ámbito meteorológico, hidrológico y geológico.
He aquí algunos enlaces de organismos que difunden información y avisos sobre riesgos de inundaciones.
Agencia Estatal de Meteorología
Meteoalarm
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
Dirección General de Protección Civil y Emergencias
Instituto Geológico y Minero de España
Consorcio de Compensación de Seguros