ONU ha denunciado que, a pesar de la entrada en vigor del alto el fuego, el pasado 19 de enero, más de un centenar de palestinos han fallecido desde entonces en diversas operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza. En Cisjordania, estas acciones han provocado, además, el desplazamiento forzoso de más de 40.000 palestinos, a los que está previsto se les impida el regreso a sus casas, al menos durante un año, mientras fuerzas israelíes sigan desplegadas en diversos puntos del territorio. Israel ha confirmado varios de estos operativos y afirma se dirigen contra terroristas que pretenden atentar contras sus Fuerzas de Defensa. Sobre futuro de la Franja, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido mostraron su respaldo conjunto al plan para reconstrucción adoptado por la Liga Árabe, al que consideraron como un camino realista que promete una mejora rápida y sostenible de las condiciones de vida de los palestinos que aún viven en el enclave. Por otra parte, reafirmaron su apoyo explícito al papel central de la Autoridad palestina y la aplicación de su programa de reformas y subrayaron que Hamás no debe gobernar el territorio y tiene que dejar de ser una amenaza para Israel. Además, señalaron que esfuerzos de recuperación y reconstrucción han de basarse en marco político y de seguridad, aceptable tanto para israelíes como palestinos, que proporcione paz y seguridad a largo plazo. En Siria, nuevas fuerzas defensa y seguridad aseguran haber recuperado control en provincias costeras de Latakia y Tartus, así como en Homs, tras dos días de operaciones militares contra grupos armados afines al antiguo régimen. Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, bajo control de milicias kurdas, responsabilizó de estos enfrentamientos a nuevas autoridades por no tener en cuenta diversidad de la sociedad e hizo llamamiento para cese de hostilidades. ONU y UE expresaron su preocupación por informes de intensos combates en esta región y las víctimas civiles. Solicitaron a las partes se abstengan de cualquier acción que pueda agravar el conflicto, desestabilizar el país y socavar una transición política, creíble e inclusiva. Fuente: Gobierno Reino Unido; ONU.