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Conferencia de alto nivel de las Naciones Unidas de jefes de organismos de los Estados Miembros dedicados a la lucha contra el terrorismo

Una cooperación internacional más fuerte para combatir la amenaza cambiante del terrorismo.

La primera Conferencia de Alto Nivel de las Naciones Unidas de Jefes de Organismos Antiterroristas de los Estados Miembros ha tenido lugar los días 28 y 29 de junio de 2018, en Nueva York.  Bajo el tema “Fortalecer la cooperación internacional para combatir la amenaza cambiante del terrorismo”, la Conferencia ha impulsado el objetivo de crear una nueva asociación para la cooperación multilateral que fortalezca la lucha de la comunidad internacional contra el terrorismo. Este primer encuentro entre líderes de organismos antiterroristas, se ha valorado como “una oportunidad para mostrar unidad en la lucha contra el terrorismo y los extremismos violentos”.

 
En la Conferencia han participado Estados Miembros de la Organización, representados por jefes de organismos antiterroristas, organizaciones regionales, organizaciones de la sociedad civil y las entidades del Pacto Mundial de Coordinación de la Lucha Antiterrorista de las Naciones Unidas (36 entidades de la Organización, Interpol y la Organización Mundial de Aduanas).
 
El Secretario General de la Organización de Naciones Unidas ha expuesto el desafío que presenta en este momento el terrorismo a nivel global. El terrorismo y el extremismo violento socavan la paz y la seguridad internacionales: dividen comunidades, exacerban conflictos y desestabilizan regiones enteras. Este desafío complejo ha alcanzado niveles sin precedentes. La mayoría de los nuevos reclutados para organizaciones terroristas tienen entre 17 y 27 años. Aunque la gran mayoría de los jóvenes no presenta ningún riesgo, algunos se sienten atraídos por el terrorismo debido a la falta de esperanzas o sentimientos de marginación económica o cultural.  Los reclutadores terroristas saben explotar esta situación.

Frente a este reto el objetivo es mejorar la cooperación internacional y el intercambio de información, y construir nuevas asociaciones que puedan encontrar soluciones prácticas, así como lograr formar “sociedades resistentes”. Esto significa involucrar a mujeres y jóvenes que puedan desempeñar un papel significativo en el desarrollo e implementación de políticas y programas antiterroristas.

Para derrotar al terrorismo es necesario combinar "lucha" y "prevención". La respuesta debe ser tan ágil y multifacética como la amenaza. La naturaleza transnacional del terrorismo requiere cooperación multilateral y fortalecer las capacidades de las estructuras e instituciones de lucha contra el terrorismo. Y se deben complementar los esfuerzos de lucha contra el terrorismo en el ámbito de la seguridad con esfuerzos concertados para identificar y abordar sus causas profundas. Las comunidades y el Estado deben unirse con el objetivo común de rechazar las ideologías terroristas y desafiar a quienes las defienden.
 
La Oficina de Lucha Contra el Terrorismo partiendo de este análisis ha trabajado, junto con los Estados Miembros, en base a una agenda con distintas sesiones de debate sobre antiterrorismo y prevención de los extremismos violentos: movilización de la cooperación internacional para combatir la amenaza cambiante del terrorismo; oportunidades y desafíos en el fortalecimiento de la cooperación internacional mediante el intercambio de información, conocimientos especializados y recursos; lucha contra la amenaza cambiante que representan los combatientes terroristas extranjeros; fortalecimiento de la acción mundial para prevenir el extremismo violento, en particular mediante la participación de los jóvenes y la prevención del uso indebido de las nuevas tecnologías e Internet por los terroristas; fortalecimiento de la función y la capacidad de las Naciones Unidas para ayudar a los Estados Miembros en la aplicación de la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo.

 

 
Intercambio de información
 
Uno de los temas prioritarios es el intercambio de información. Especialmente tras la derrota militar del Daesh en Siria e Irak, la rapidez y la efectividad del flujo de datos son requisitos básicos, haciendo que la cooperación resulte indispensable.
 
El regreso de los combatientes extranjeros
 
Otro de los focos de discusión ha sido cómo abordar el retorno de los combatientes terroristas extranjeros (FTF), aquellos individuos que han abandonado sus países de residencia u origen para participar en actos terroristas, o para proporcionar o recibir formación de este tipo. Este tema ha merecido, por su trascendencia, la organización de un debate paralelo para arrojar más luz por parte de altos funcionarios y expertos que han trabajado en el regreso, la rehabilitación y la reintegración de los combatientes extranjeros. El trabajo se ha organizado en base a tres casos prácticos:
  • El primero ha abordado la amenaza, los desafíos y las principales lecciones aprendidas en la Unión Europea a medida que los combatientes extranjeros han regresado de Irak y Siria.
  • El segundo ha mostrado los resultados del proyecto de investigación de UNCCT sobre la mejora de la comprensión del fenómeno FTF y cómo los excombatientes pueden contribuir al desarrollo de políticas efectivas para abordar la rehabilitación y la reintegración.
  • El tercero ha analizado el Centro de Atención y Asesoramiento de Mohamed Ben Naif en Arabia Saudita, uno de los principales pioneros de los programas de desradicalización y rehabilitación en el mundo.
Durante la sesión se ha puesto de manifiesto cómo el estallido del conflicto sirio en 2011 desencadenó lo que los historiadores e investigadores han llamado la "cuarta ola" de los FTF. Esta cuarta ola provocó más preocupación y recibió más atención que las olas anteriores. Se estima que más de 40.000 personas de casi 120 países de todo el mundo respondieron al llamado de organizaciones terroristas transnacionales, como Al Qaeda y el Daesh, que utilizaron las zonas de conflicto como su refugio seguro. El número sin precedentes de FTF que acudieron en masa a la República Árabe Siria e Irak, su diversidad, composición, diferentes motivaciones y, lo que es más importante, la posibilidad de cometer actos terroristas nacionales a su regreso, ha supuesto un gran desafío.

Hoy, con la derrota militar del Daesh en Irak y en muchas áreas de Siria, el fenómeno FTF ha cambiado y muchos FTF regresan a su país de origen o están yendo a terceros países. Esto presenta a la comunidad internacional nuevos desafíos en materia de rehabilitación y reintegración: "cómo debemos lidiar con ellos" es la pregunta global que necesita ser respondida de cara a un corto, medio y largo plazo.
 
Radicalización y extremismos
 
También se han estudiado medidas para combatir los extremismos violentos, prestando especial atención al uso inadecuado de las nuevas tecnologías. Esta parte del debate ha contado con la participación de organizaciones de la sociedad civil que sirven como “puente” de entendimiento entre las políticas antiterroristas y las expectativas de los ciudadanos de a pie.
 
Lucha contra la financiación del terrorismo
 
La Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo (DECT) ha seguido intensificando su colaboración con las organizaciones internacionales, entre ellas, el Grupo de Acción Financiera (GAFI), con el objetivo de promover la aplicación eficaz de las normas internacionales contra la financiación del terrorismo, especialmente en lo que se refiere a la congelación de los activos de los terroristas, con arreglo a lo establecido en las resoluciones del Consejo de Seguridad 1373 (2001), 2178 (2014) y 2253 (2015). En agosto de 2016, la DECT abrió una base de datos de autoridades nacionales responsables de la congelación de activos, con vistas a facilitar las solicitudes de terceros al respecto. En 2017, la DECT y el sector privado colaboraron en un examen sobre los riesgos que plantean los nuevos productos y servicios de pago para la financiación del terrorismo.
 
La Secretaría, los organismos, los fondos y los programas de Naciones Unidas, así como las organizaciones afiliadas, contribuyen a la aplicación de la Estrategia Global de Naciones Unidas contra el Terrorismo por medio de sus respectivos mandatos y de su pertenencia al Equipo Especial sobre la Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo, integrado por 38 entidades internacionales e INTERPOL. En junio de 2014, se publicó en el informe del Secretario General una reciente compilación de actividades llevadas a cabo por las entidades de la Oficina de Lucha Contra el Terrorismo (CTITF)[1] para la aplicación de la Estrategia.
 
OFICINA DE LUCHA CONTRA EL TERRORISMO
 
 
La Oficina de Naciones Unidas de Lucha contra el Terrorismo se estableció mediante la adopción de la resolución 71/291 de la Asamblea General el 15 de junio de 2017. La oficina tiene cinco funciones principales:
  • liderar los mandatos de lucha contra el terrorismo de la Asamblea General que se le encomienden al Secretario General desde las distintas entidades del sistema de las Naciones Unidas,
  • reforzar la coordinación y la coherencia entre las treinta y ocho entidades del Equipo Especial sobre la Ejecución de la Lucha contra el Terrorismo a fin de garantizar la aplicación equilibrada de los cuatro pilares de la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo;
  • mejorar la prestación de asistencia de la Organización a los Estados Miembros para la creación de capacidad contra el terrorismo;
  • aumentar la visibilidad y la promoción de las actividades de las Naciones Unidas contra el terrorismo, así como la movilización de recursos destinados a esas iniciativas;
  • velar por que la labor de prevención del extremismo violento se asiente firmemente en la Estrategia.
La oficina tiene como objetivo mantener una relación estrecha con los órganos del Consejo de Seguridad y los Estados Miembros, fortalecer las alianzas existentes y forjar otras nuevas.
La estrategia de lucha contra el terrorismo fue aprobada por los Estados Miembros de las Naciones Unidas por consenso, contando con diecinueve instrumentos legales para combatir el terrorismo.

Fuente: ONU
               
 

[1] Los equipos especiales están compuestos por los siguientes miembros: Banco Mundial; Departamento de Asuntos Políticos (DAP); Departamento de Información Pública (DPI); Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (DOMP); Departamento de Seguridad (DSS); Dependencia de las Naciones Unidas sobre el Estado de Derecho; Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo (DECT), Equipo de Vigilancia sobre Al-Qaida y los Talibanes; Fondo Monetario International (FMI); Grupo de Expertos del Comité 1540; Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI); Oficina de Asuntos de Desarme (ODA); Oficina de Asuntos Jurídicos (OAJ); Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH); Oficina del Asesor Especial sobre la Prevención del Genocidio; Oficina del Asesor Especial para África (OSAA); Oficina del Enviado Especial del Secretario General para la Juventud; Oficina del Representante Especial del Secretario General para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados (CAC); Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC); Oficina del Secretario General (OSG); ONU-Mujeres; Organismo International de Energía Atómica (OIEA); Organización de Aviación Civil International (OACI); Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL); Organización Marítima Internacional (OMI); Organización Mundial de Aduanas (OMA); Organización Mundial de la Salud (OMS); Organización Mundial del Turismo (OMT); Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ); Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); Relator especial sobre la promoción y la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo. Además actúan como observadores: Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas; Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES); Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH); Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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