21/03/2025
5 min lecturaEuropol ha publicado, el pasado 18 de marzo, la Evaluación de la amenaza de la delincuencia grave y organizada de la Unión Europea (EU Serious and Organised Crime Threat Assessment (EU-SOCTA) 2025).
Este documento, que se publica cada cuatro años, presenta un análisis detallado de la amenaza de la delincuencia grave a la que se enfrenta la UE, y es resultado de una estrecha cooperación entre Europol, autoridades policiales de los Estados miembros, agencias europeas, organizaciones internacionales y terceros países.
El EU-SOCTA 2025 sienta, además, las bases del enfoque estratégico europeo para combatir la delincuencia grave y organizada. Partiendo de sus conclusiones, el Consejo de la Unión Europea establece prioridades para la actuación policial, orientando el desarrollo de los planes operativos de la Plataforma Multidisciplinar Europea contra las Amenazas Delictivas (EMPACT), para los próximos cuatro años.
Claves de la edición 2025
En el informe se enfatiza en cómo está cambiando el ADN del crimen organizado, adaptándose a un mundo marcado por la inestabilidad global, la digitalización y las tecnologías emergentes.
En concreto, se identifican tres características definitorias del panorama actual de la delincuencia grave y organizada:
Efecto desestabilizador
La delincuencia grave y organizada ya no solo representa una amenaza para la seguridad pública, sino que afecta a los cimientos mismos de las instituciones y la sociedad de la UE. Este factor desestabilizador tiene una proyección interna, con el desarrollo de actividades relacionados con el uso y reinversión de ingresos ilícitos, la corrupción, la violencia y la explotación criminal de jóvenes delincuentes. Asimismo, también presenta una proyección externa, en la medida en la que las redes criminales operan cada vez más al servicio de actores de amenazas híbridas.
Internet como escenario principal
En el informe se destaca cómo las infraestructuras digitales favorecen las operaciones delictivas, lo que permite que las actividades ilícitas aumenten y se adapten a una velocidad sin precedentes.
Si bien algunas amenazas se desarrollan en el mundo físico, elementos de todo proceso delictivo se trasladan cada vez más a Internet: desde el reclutamiento y la comunicación hasta los sistemas de pago y la automatización impulsada por IA.
Casi todas las formas de delincuencia grave y organizada dejan huella digital, ya sea como herramienta, objetivo o facilitador. Internet se ha convertido en el principal escenario del crimen organizado, por cuanto las redes delictivas explotan cada vez más la infraestructura digital para ocultar sus actividades, al mismo tiempo que los datos emergen como un valor estratégico.
La IA y las tecnologías emergentes como elemento acelerador
La IA está transformando radicalmente el panorama del crimen organizado. Los delincuentes explotan rápidamente las nuevas tecnologías, utilizándolas como medio para mejorar en eficiencia. Las mismas cualidades que hacen a la IA revolucionaria (accesibilidad, adaptabilidad y sofisticación) también la convierten en una poderosa herramienta para las redes delictivas. Estas tecnologías automatizan y amplían las operaciones delictivas, haciéndolas más escalables y difíciles de detectar.
Principales formas delictivas

Por su parte, en el documento se destacan siete áreas clave donde las redes criminales se están volviendo más sofisticadas y peligrosas:
Ciberataques, en su mayoría ransomware, y detectándose más ataques dirigidos contra infraestructuras críticas, gobiernos, empresas e individuos.
Esquemas de fraude en línea, cada vez más impulsados por la ingeniería social impulsada por la IA y el acceso a grandes cantidades de datos, incluida información personal robada.
Explotación sexual infantil en línea, con inteligencia artificial generativa que produce material de abuso sexual infantil y facilita la captación de menores en línea.
Tráfico de migrantes, aprovechando de las crisis geopolíticas.
El tráfico de drogas, un mercado diversificado con rutas y formas de actuación cambiantes, con una posible mayor propagación de la violencia y el reclutamiento de jóvenes en toda la UE.
El tráfico de armas de fuego, que está en expansión debido a los avances tecnológicos, los mercados en línea y la disponibilidad de armas en Europa.
Los delitos relacionados con la gestión de residuos, un sector lucrativo que repercute gravemente en el medio ambiente.
Propuestas de acción
Se considera que las principales amenazas identificadas comparten elementos comunes que las refuerzan y amplifican de diversas maneras. Para abordar estas amenazas de manera efectiva, se señala que las fuerzas de seguridad deben tener en cuenta estos elementos transversales al diseñar estrategias para combatir la delincuencia grave y organizada.
A ello se une la referencia a la evolución de las acciones financieras y de los métodos de blanqueo de dinero para proteger y aumentar la riqueza criminal. Las plataformas digitales y tecnologías emergentes, como el blockchain, facilitan este sistema, haciéndolo más resistente a las interrupciones.
La corrupción aparece como uno de los elementos facilitadores del crimen organizado, permitiendo actividades ilícitas en todos los sectores. Además, se percibe una intensificación de la violencia, que también se proyecta a través del uso de herramientas de comunicación cifrada y plataformas en línea que facilitan el reclutamiento, la extorsión y la coordinación delictiva.
Por su parte, se destaca la explotación criminal de jóvenes delincuentes que, además del impacto social, también actúa como mecanismo de protección para el liderazgo criminal, ocultando su identificación y dificultando su enjuiciamiento.
Estos elementos de refuerzo y proyección de la actividad criminal permiten a las redes criminales expandirse, maximizar sus beneficios y fortalecer su resiliencia. Así, se estima que romper este proceso requiere que las fuerzas de seguridad desarrollen estrategias que ataquen tanto a los principales mercados criminales como a los mecanismos subyacentes que los sostienen.