02 de agosto 2020
Olas de calor y las consecuencias del Cambio Climático: Desafíos para la Seguridad Nacional
La política estatal de Seguridad Nacional se refleja en las distintas estrategias de seguridad nacional, que se asientan en una concepción amplia e integral del concepto de seguridad. Con esta premisa, la Seguridad Nacional atiende una serie de “desafíos” que impactan o pueden impactar en la vida, la salud y los bienes de las personas, pero también en el medioambiente o el desarrollo económico, entre otros ámbitos.
El cambio climático y los efectos del calentamiento global están adquiriendo relevancia tangible en el incremento del impacto producido por otras de amenazas y desafíos. En este contexto, destaca especialmente la incidencia de lo que se conoce como “riesgos naturales” —Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, punto primero del Preámbulo— que, dentro del ámbito de la protección civil, son uno de los elementos que sostienen o forman la base del Sistema de Seguridad Nacional.
En estos días, los medios de comunicación se hacen eco de los avisos difundidos por órganos estatales y autonómicos de la presencia de una “ola de calor”. La existencia de estas olas de calor es habitual en nuestras latitudes. No obstante, y mirando hacia el futuro, hay que tener en consideración que, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), se prevé que las temperaturas extremas en tierra aumenten más que la temperatura media global en superficie (nivel de confianza alto): el aumento de las temperaturas de los días de calor extremo, en las latitudes medias se prevé en hasta aproximadamente 3 °C con un calentamiento global de 1,5 °C y hasta aproximadamente 4 °C con un calentamiento global de 2 °C.
Los meteorólogos explican que el concepto de “ola de calor” no responde a una definición única o precisa. Sin embargo, en España, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) utiliza un criterio que permite medir y comparar situaciones a lo largo del tiempo: “Se considera ‘Ola de calor’ un episodio de al menos tres días consecutivos, en que como mínimo el 10 % de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000”.
En España, las altas temperaturas son el “riesgo natural” que más fallecimientos causa: 291 desde 2003, lo que supone el 28% del total de víctimas mortales debidas a desastres naturales. Otras valoraciones como los daños económicos (agricultura, turismo, forestal, consumo energético, agua) son más difíciles de evaluar. Si bien es cierto que se ven afectados o agravados por “el calor”, resulta más complicado asociarlos a las “olas de calor” en particular.
A pesar de ello, según la definición utilizada por la AEMET, aún es difícil apreciar incremento de las olas de calor en los últimos años. A pesar de ello, debemos esperar que este incremento se produzca, salvo que se consiga cambiars o al menos mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5º con respecto a los niveles de la época preindustrial. Tal es así que, según el informe especial del IPCC “calentamiento global de 1,5º, “Los riesgos relacionados con el clima para los sistemas naturales y humanos son mayores con un calentamiento global de 1,5 °C que los que existen actualmente, pero menores que con un calentamiento global de 2 °C (nivel de confianza alto)”.
De hecho, si por ejemplo tomamos como referencia la serie de las temperaturas medias en España, se aprecia claramente un incremento medio que más tarde o temprano se reflejará con mayor claridad en la presencia, intensidad y duración de las olas de calor.
La Dirección General de Protección Civil, en coordinación con las Comunidades autónomas, lleva años tomando y proponiendo medidas, así como realizando los avisos necesarios a la población coordinados con la AEMET. Además, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico incluye en sus planes y estrategias los estudios y propuestas de medidas que se consideran necesarias para combatir los riesgos de los previsibles cambios.
