NIGERIA: Expansión y consolidación del grupo yihadista ISWAP
27 de octubre 2021
La situación de seguridad en Nigeria mantiene su constante deterioro, especialmente debido al avance y la acción de las distintas organizaciones yihadistas presentes en el país. En este contexto general, preocupa fundamentalmente la expansión y consolidación de la filial de Daesh en la provincia de África Central (ISWAP) hacia el noroeste y el Lago Chad— en el marco de la estrategia de expansión y reunificación de la milicia terrorista— así como su progresiva vinculación con las formaciones criminales que operan en distintos puntos del país, principalmente en los estados del noroeste.
Es posible que este escenario varíe tras la confirmación, por parte de las fuerzas de seguridad nigerianas, de la muerte reciente de Abu Musab al-Barnawi, hasta ahora líder de ISWAP. Al-Barnawi, hijo del fundador de Boko Haram que murió en 2009, fue designado por Daesh como jefe interino de ISWAP en 2016. Como líder de ISWAP, operaba como figura visible del proceso de reintegración y unificación —promovido por Daesh— de los diferentes movimientos yihadistas operantes en Nigeria y en la región del Lago Chad. El pasado mes de mayo, este proceso pareció culminar tras la muerte del líder de Boko Haram, Abubakar Shekaku, en una ofensiva de ISWAP a uno de los baluartes territoriales de la organización. Desde entonces, las distintas facciones de Boko Haram han mostrado su apoyo a ISWAP; y esto ha propiciado su expansión y el control de prácticamente todos los territorios anteriormente controlados por Boko Haram, principalmente en el estado de Borno. Como constatación de este apoyo, en los últimos meses se ha producido el retorno de numerosos militantes de Boko Haram desde países como Libia para reintegrarse en ISWAP.
A pesar de una limitada oposición de algunas facciones, el apoyo generalizado de Boko Haram a ISWAP ha sido generalizado, lo que ha permitido reducir recursos destinados a las luchas entre ambos grupos terroristas, que ahora se trasladarán a la pretensión yihadista de conseguir una mayor expansión territorial. En primer lugar, en los estados BAY (Borno, Adamawa y Yobe), donde los objetivos yihadistas se centran en las fuerzas de seguridad nigerianas, instalaciones y principales rutas de comunicación y suministro. En segundo lugar, es notorio el intento de expansión de ISWAP hacia el noroeste, principalmente a través de la progresiva vinculación con organizaciones y redes criminales de carácter local, fundamentalmente los conocidos como “bandidos”. Así, existen evidencias del suministro de armas y capacitación por parte de ISWAP a los “bandidos” del estado de Zamfara. La posible expansión de ISWAP en esta zona resulta especialmente crítica debido a la posible consolidación de líneas de comunicación con otras organizaciones terroristas presentes en la zona, principalmente el Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), que opera en la triple frontera entre Mali-Burkina Faso y Níger.
Por último, y en clave regional, ISWAP pretende expandirse desde el Lago Chad hacia países fronterizos como Camerún, Níger o Chad. En el país chadiano, y a lo largo de 2021, la filial nigeriana del Daesh ha reivindicado distintos ataques; entre ellos, el lanzado contra posiciones militares el pasado 4 de agosto en la zona del Lago Chad, en el que murieron 26 soldados. Esta agenda regional se ve favorecida, gracias al apoyo de Daesh, por la importante red de contactos y rutas de ISWAP en África, que se expande por el Oeste y Norte de África y facilita tanto el movimiento de yihadistas como de armas, munición y mercancías.
Con todo, la integración de la práctica totalidad de las facciones de Boko Haram previsiblemente creará las condiciones más favorables para la expansión de la amenaza yihadista. A esta circunstancia se une la campaña de ISWAP para intentar acercarse a la población nigeriana. Frente al modus operandi de Boko Haram, ISWAP se caracteriza por posiciones más “colaborativas” con la población musulmana: en ocasiones, los extremistas violentos conceden permisos para realizar actividades económicas como ganadería o pesca a cambio de impuestos; permiten el retorno de refugiados a sus hogares o conceden determinados beneficios sociales. Todo ello genera que una mayor aceptación —en muchas ocasiones, resignación— de la población local; al tiempo que obstaculiza la cooperación social con las fuerzas de seguridad.
En definitiva, la consolidación de ISWAP en todos los ámbitos mencionados incrementa la entidad de la amenaza, y también puede incrementar su atractivo como punto de contacto para otras organizaciones yihadistas operantes en suelo africano, y con ello favorecer su arraigo a nivel nacional e, incluso, regional. En esta preocupante escenario, falta aún por determinar cómo afectará la muerte de Al-Barnawi — sobre la que, por el momento, ni Daesh ni ISWAP se han pronunciado— tanto a los planes de expansión como al apoyo de las distintas facciones de Boko Haram.
Ilustración. Zonas de enfrentamientos comunitarios y actividad terrorista en Nigeria