Los tsunamis, también llamados maremotos, son raros pero extremadamente catastróficos. En los últimos 100 años, 58 tsunamis se han cobrado en el mundo la vida de más de 260.000 personas, superando en mortalidad a cualquier otro peligro natural. El mayor número de muertes en ese período fue durante el tsunami del Océano Índico, que causó 227.000 víctimas mortales en 14 países, principalmente Indonesia, Sri Lanka, la India y Tailandia.
La rápida urbanización y el aumento del turismo en las regiones propensas a tsunamis ponen cada vez a más personas en peligro. De ahí la importancia de mejorar el estado de preparación ante esta amenaza.
Un riesgo para la Seguridad Nacional
Los tsunamis están recogidos en el apartado de emergencias y catástrofes de la Estrategia de Seguridad Nacional, que fue aprobada por el Consejo de Ministros de 2013. Posteriormente, la Estrategia de Seguridad Marítima Nacional, aprobada por el Consejo de Seguridad Nacional, señaló a los maremotos como uno de los riesgos para la seguridad marítima.
Además, la Directriz básica de planificación de protección civil ante el riesgo de maremotos, aprobada por el Real Decreto 1053/2015, de 20 de noviembre, estableció los requisitos mínimos que deben cumplir los correspondientes planes para hacer frente a este riesgo.
En España, el riesgo de maremotos no es comparable con otras zonas del mundo, debido a la baja probabilidad de ocurrencia de estos fenómenos. No obstante, el terremoto de Lisboa de 1755, produjo un maremoto con elevadas pérdidas y puso de manifiesto la necesidad de contar con sistemas eficaces de reducción del riesgo.
Recientemente, la Dirección General de Protección Civil ha presentado un estudio sobre peligrosidad por maremotos de las costas españolas, que servirá de base para la toma de decisiones acerca de qué comunidades autónomas habrán de elaborar sus correspondientes planes de protección civil frente a este riesgo.
Enlace a la web de Naciones Unidas del Día Mundial de Concienciación sobre Tsunamis: aquí