Efectos del Cambio Climático y de la Degradación del Medio Natural
El cambio climático es una amenaza para la seguridad global y, en Europa, especialmente para el área mediterránea. Por eso la mitigación y adaptación al cambio climático adquieren cada vez más urgencia.
A pesar de los esfuerzos de países y organizaciones internacionales --con apoyos cambiantes de algunas de las grandes potencias, agentes fundamentales en la emisión de los gases de efecto invernadero que provocan el cambio-- la realidad es que la brecha entre los objetivos planteados en los Acuerdos de París, para conseguir detener incremento de la temperatura global por debajo de los 2ºC de media --a ser posible dejarlo por debajo de 1,5º-- y las metas que se están alcanzando, es importante. Lo es hasta el punto de que se muestra cada vez más necesario y urgente no solo luchar contra el calentamiento, sino admitir la existencia de cambios y adaptar el territorio, las infraestructuras y la propia sociedad a ellos de forma que se minimicen los daños y se garantice la seguridad mediante la máxima resiliencia ambiental y social.
El cambio climático potencia las olas de calor, la reducción de los recursos hídricos, la desertificación y los fenómenos meteorológicos adversos y extremos. Ámbitos como la seguridad energética y la seguridad ambiental, en particular la gestión del agua, la biodiversidad, la calidad del aire, la despoblación de zonas agrarias o forestales se ven afectados por los efectos del cambio climático. Riesgos de origen natural relacionados con el clima, como son las inundaciones y los incendios forestales, tienen cada vez mayor incidencia en la seguridad, pues cada vez son más severos y frecuentes.
El deterioro del medio ambiente, de la biodiversidad y, con ellos, de sus servicios ecosistémicos dificultan el acceso a recursos básicos como el agua potable, amplifican conflictos existentes y son causa de desplazamientos forzosos de personas, además de generar inseguridad alimentaria.