La energía es un componente fundamental de la prosperidad, el crecimiento económico y bienestar de la sociedad, así como de la propia soberanía y continuidad del Estado. Sin energía no hay desarrollo ni progreso posible. España tiene un perfil energético propio. España tiene un perfil propio. Es un país consumidor, dependiente de los recursos que proceden del exterior y con un limitado nivel de interconexión energética, pero a la vez, es un país que cuenta con un mix energético completo y diversificado tanto por origen geográfico como por fuentes primarias.
La Estrategia de Seguridad Energética desarrolla las previsiones establecidas en la Estrategia de Seguridad Nacional con respecto al ámbito de la seguridad energética con el objeto de orientar la acción del Estado con visión anticipatoria, sobre la base de la singularidad energética de nuestro país. Esta estrategia energética adopta una amplia perspectiva de futuro del sector, valorando factores como los avances tecnológicos en los medios que conocemos para generar y distribuir la energía. O, igualmente, la interdependencia energética y la influencia de los cambios de poder en la disponibilidad de recursos. O, por último, la influencia del marco regulatorio del mercado energético para la competencia, competitividad e innovación de las empresas.