2015 ha sido el año más cálido desde que existen registros, lo cual confirma la tendencia de incremento de catástrofes naturales de origen meteorológico o climático. La influencia del fenómeno de El Niño, muy activo durante el pasado año, también ha contribuido a acentuar esta tendencia.
Según el análisis llevado a cabo por la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) y el Centro de Investigación de Epidemiología de Desastres (CRED), en los últimos 20 años casi las dos terceras partes de las catástrofes han tenido su origen en inundaciones y tormentas, aunque el riesgo más mortífero sigue teniendo carácter sísmico. Por ello, el terremoto de Nepal, que ocasionó en 2015 un total de 8.831 muertos, reafirma la importancia del cumplimiento de normas de construcción sismorresistente, cuya finalidad es evitar la pérdida de vidas humanas y reducir el daño y el coste económico que pueden ocasionar los terremotos.
También es importante destacar los episodios de temperaturas extremas, sobre todo olas de calor que han tenido especial gravedad durante 2015 en varios países de Europa, en especial Francia, la India y Pakistán. En total se han producido 9.525 muertes derivadas de estos desastres. Por otro lado, se han registrado durante el pasado año un total de 32 situaciones de sequías importantes, más del doble respecto a la media del decenio, lo que corrobora el incremento de estos fenómenos climáticos.
En relación con la distribución geográfica de las catástrofes, los cinco países más afectados en 2015 han sido China (26), los Estados Unidos (22), la India (19), Filipinas (15) e Indonesia (11). La mayor concentración de catástrofes se produce en el continente asiático debido a factores de carácter geológico y a la incidencia de procesos meteorológicos extremos.
Por lo que respecta a España, la base de datos sobre catástrofes del CRED ha registrado en 2015 dos episodios de inundaciones que ocasionaron ocho víctimas mortales.