Sentencia del Tribunal Especial para Líbano sobre el asesinato del primer ministro Rafiq Hariri

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20 de agosto 2020
Sentencia del Tribunal Especial para Líbano sobre el asesinato del primer ministro Rafiq Hariri

El 14 de febrero de 2005, el ex primer ministro de Líbano, Rafiq Hariri, fue asesinado víctima de una explosión en las proximidades del hotel St. Georges de Beirut, que dejó otras 21 personas fallecidas y 226 heridos. Por entonces, el gobierno libanés solicitó a las Naciones Unidas la creación de un tribunal de carácter internacional para determinar la autoría y juzgar a los responsables del atentado, así como los sucesivos ataques ocurridos en Beirut desde el 1 de octubre de 2004 al 12 de diciembre de 20015. El Tribunal Especial para Líbano (STL, por sus siglas en inglés) se constituyó en 2007, a través de la resolución 1757 (2007) del Consejo de Seguridad.

Este Tribunal,  que tiene una especial naturaleza jurídica de carácter internacional, se configura como una organización judicial independiente compuesta por jueces libaneses e internacionales que no es un tribunal de la ONU, aunque cuenta con su apoyo, ni forma parte del sistema judicial libanés,. Sin embargo, juzga a las personas acusadas bajo la ley libanesa. Además, es el primer tribunal internacional que trata el terrorismo como un crimen específico.

Sin embargo, el proceso judicial no se inició hasta 2014, después de una larga y complicada investigación finalizada en 2011. Como resultado, el Fiscal presentó una acusación contra Salim Jamil Ayyash, Hassan Habib Merhi, Hussein Hassan Oneissi y Assad Hassan Sabra, todos ellos ciudadanos de nacionalidad libanesa y miembros de la organización política y militar Hezbolá con los cargos de conspiración para cometer, entre otros delitos, un acto terrorista. Junto a ellos, fue también imputado Mustafa Amine Badreddine, que había fallecido en Siria en 2006. Por su parte, Hezbolá siempre ha defendido la inocencia de los acusados, al tiempo que negaba la legitimidad de este Tribunal internacional para investigar y juzgar la muerte del primer ministro Hariri.

El veredicto del STL

Durante el proceso judicial, ninguno de los acusados —que no han sido vistos desde 2011— se presentó ante el Tribunal a pesar de los intentos de las autoridades libanesas de detenerles en numerosas ocasiones, por lo que fueron juzgados en ausencia. No obstante, el Tribunal Especial para Líbano ha estimado probados los cargos contra Salim Jamil Ayyash en relación con el asesinato del ex presidente Rafik; mientras que ha absuelto al resto de los acusados por falta de pruebas. Sin embargo, ninguno de ellos ha sido reconocido como autor intelectual del magnicidio; y tampoco el Tribunal ha encontrado evidencia de que Hezbolá y Siria pudieran tener relación con el magnicidio del 14 de febrero de 2005.

En su veredicto, el Tribunal ha estimado probados más allá de toda duda razonable cinco cargos contra Salim Jamil Ayyash: conspiración para cometer acto terrorista, comisión de acto terrorista, homicidio con premeditación del ex primer ministro, homicidio de 21 personas y tentativa de homicidio intencional respecto de las 226 personas heridas. Debido al carácter eminente político del acto, el tribunal considera fundamental la correcta comprensión del contexto político en el momento del atentado, y considera probado entre otros, los siguientes hechos:

  • (i) la conexión de todos los acusados con Hezbolá, siendo uno de ellos un oficial militar senior del grupo;
  • (ii) la injerencia siria directa en la política libanesa reflejada la elección del presidente Lahoud;
  • (iii) la intención de Hariri de disminuir el dominio sirio y su apoyo a la retirada inmediata de las tropas
  • (iv) la creciente oposición de los aliados de Hariri a la dominación política, militar y económica de Líbano que hacía peligrar los intereses sirios en Líbano; (v) la oposición interna creciente a la presencia de soldados sirios y al mantenimiento de la milicia armada de Hezbolá, contraria a los acuerdos de Taif;
  • (vi) que Siria y Hezbolá podrían haber tenido motivos para eliminar a Hariri y a algunos de sus aliados políticos,
  • si bien (vii) no existe evidencia de que la cúpula de Hezbolá pudiera tener relación con el asesinato de Hariri, y tampoco existen evidencias directas de la relación de Siria en el asunto.

Reacciones tras el veredicto del Tribunal

Tras hacerse pública la sentencia, el hijo de Rafiq Hariri y ex primer ministro de Líbano, Saad Hariri, ha declarado que acepta el veredicto pero que aun así consideraba a Hezbolá responsable del asesinato de su padre, al tiempo que ha hecho un llamamiento a la unidad de la población. Por su parte, el presidente libanés Michel Aoun manifestó que el veredicto del Tribunal satisface el deseo del pueblo libanés de revelar los nombres detrás del crimen, y subrayó que Hariri era una figura nacional, que contaba con el apoyo del pueblo y tenía un proyecto nacional, y por eso se convirtió en objetivo del ataque. Por ello, instó al pueblo libanés a que recordara sus mensajes de unidad y solidaridad, y que se unieran a los esfuerzos por proteger al país de cualquier intento de incitar a la sedición.

En el exterior, la Unión Europea y la ONU han manifestado su adhesión a la decisión del Tribunal, y han destacado la independencia de los magistrados, así como el compromiso de la comunidad internacional con la justicia y contra la impunidad. En palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, «la sentencia del caso es un reflejo del compromiso de la comunidad internacional con la justicia frente a los terribles crímenes cometidos ese día». En cuanto a la Unión Europea, el Servicio Europeo de Acción Exterior —a través de un comunicado— ha subrayado la importancia del compromiso constante del Líbano con el pleno cumplimiento de sus obligaciones internacionales, incluida la resolución 1757 (2007) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, e instamos a todas las partes a que sigan cooperando plenamente con el Tribunal Especial. Además, señaló que el veredicto se ha conocido en el contexto de la devastadora explosión ocurrida en Beirut el 4 de agosto, y «también es necesario que haya una investigación independiente y creíble sobre esta explosión».
 

 
 
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