Sudán: Regreso del Gobierno de Transición tras el Golpe de Estado

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Sudán: Regreso del Gobierno de Transición tras el Golpe de Estado
29 de noviembre 2021

Tras cumplirse un mes desde el golpe de Estado liderado por el general Abdel Fattah Al Burhan —jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán—; la presión internacional y las manifestaciones sociales han conseguido revertir la situación y han propiciado el regreso del poder civil al país, aunque condicionado y limitado por las exigencias de las autoridades militares. El 25 de octubre, el general anunció la toma del poder en el país y la disolución de los principales órganos de la transición; al tiempo que declaró el estado de emergencia y la suspensión de artículos clave de la hoja de ruta (Constitución provisional) de la transición y arrestó a varios altos cargos civiles del Consejo Soberano de Sudán, incluido el primer ministro, Abdallah Hamdok. Con ello, acababa con el proceso político nacional —cívico-militar— que marcaba la hoja de ruta para la reconstrucción democrática tras el derrocamiento, en abril de 2019, del ex presidente Al Bashir, provocado por una revolución pacífica de la sociedad civil sudanesa.

La nueva asonada militar provocó el rechazo unánime de la comunidad internacional:  la Unión Africana suspendió la membresía de Sudán a esta organización; la Unión Europea amenazó con suspender su apoyo financiero si los militares no entregan el poder inmediatamente; y Estados Unidos canceló parte de su ayuda financiera al país. Sin embargo, y por las objeciones de China y Rusia, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no consiguió acordar un comunicado conjunto de condena del golpe de Estado. Por su parte, distintas organizaciones políticas y sociales sudanesas —lideradas por la Asociación de Profesionales Sudaneses— llamaron a la desobediencia civil y a la huelga general, a lo que el Ejército de Sudán respondió intensificando la campaña de arrestos de líderes políticos y activistas, así como la represión contra los manifestantes —que provocaron al menos 12 víctimas mortales y cientos de heridos— en un intento de consolidar la autoridad militar en el país.
 
Restitución de un gobierno tecnócrata

Finalmente, el 21 de noviembre y después de semanas de disturbios en las calles y negociaciones políticas, el líder golpista y presidente del Consejo Soberano, general al Burhan, anunció la restitución de Abdalá Hamdok como primer ministro, que hasta entonces permanecía bajo arresto domiciliario. Ambas partes acordaron formar «un Gobierno de tecnócratas y figuras independientes», además de reconocer al Consejo Soberano como único órgano «supervisor del periodo transitorio sin ninguna intervención directa en el trabajo del Ejecutivo»; y, por último, reafirmar la importancia del acuerdo constitucional rubricado en 2019 como "base" para el proceso de transición hasta la celebración de elecciones democráticas, previstas para 2023.

En sus primeras declaraciones, el repuesto primer ministro Hamdock señaló que «cada vez que llegamos a un punto sin retorno, logramos como sudaneses redirigir nuestro país hacia el camino correcto», y que la rúbrica de este acuerdo buscaba «evitar el derramamiento de sangre» del pueblo sudanés y «restaurar la ruta de transición de nuestro país». Por su parte, el general Al Burhan subrayó que este acuerdo establece «una base real del periodo transitorio» para cumplir con el compromiso de «llegar al final a unas elecciones libres y justas». Por último, el pacto recoge que se abrirá una investigación para determinar la responsabilidad de los militares en la violenta represión contra las protestas contra el golpe de Estado.

Reacción interna e internacional

Sin embargo, este acuerdo no parece que vaya a solucionar definitivamente la crisis política generada por el golpe de Estado. Las Fuerzas por la Libertad y el Cambio —una coalición de partidos políticos, asociaciones y grupos civiles que, hasta la asonada formaba parte de las instituciones de poder transitorias junto con los militares— rechazan el pacto entre Hamdok y Al Burhan; que además veta su participación en el nuevo Consejo Soberano. Por ello, llamaron a la sociedad a mantener las protestas para rechazar la injerencia militar en el proceso político, que han continuado en distintas partes de Sudán durante esta semana.

Por otro lado, Estados Unidos, Gran Bretaña, Noruega, Canadá y Suiza, junto a la Unión Europea, acogieron con beneplácito el restablecimiento de Hamdok y, en una declaración conjunta, instaron a la liberación de otros detenidos políticos. Así mismo, la misión de Naciones Unidas en Sudán también dio la bienvenida al acuerdo, que debe garantizar «el logro de los objetivos de la revolución sudanesa: libertad, paz y justicia».

 
 
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