03/02/2017
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El Mediterráneo Central es en este momento el trayecto predominante para migrantes y refugiados en su intento de llegar a Europa.
En torno a 181.000 personas fueron detectadas en esta ruta en 2016, llegando la mayor parte de ellos a las costas de Italia. Libia representa en este momento el punto de partida del 90% de aquellos que buscan llegar a Europa a través del Mediterráneo Central.
Adicionalmente el número de migrantes vulnerables ha ido en aumento, sobre todo mujeres – alrededor de 24.000- y menores –en torno a 28.000- de los cuales un gran porcentaje es de no acompañados (91%).
Entre las razones que explican el aumento del flujo migratorio en el Mediterráneo Central se encuentra la inestabilidad en Libia pero también otros factores como los conflictos y la situación económica en el África Subsahariana. Estos elementos aumentan la presión migratoria hacia los Estados Miembros de la Unión Europea, especialmente Italia y Malta.
En la Cumbre Informal que ha tenido lugar en la Valeta (Malta), en la que ha participado el Presidente del Gobierno de España, los veintiocho jefes de Estado o de Gobierno han tratado los aspectos esenciales de la dimensión exterior de la migración. La urgente búsqueda de soluciones reales y concertadas a las presiones migratorias es una prioridad para esta sesión de trabajo, en el marco del Plan de Acción de la Valeta de 2015.
Ese encuentro recogía en su momento el espíritu de la Declaración Conjunta entre la Unión Europea y África sobre Migración y Desarrollo de 2006, la Declaración europeo-africana de Migración y movilidad de 2014, la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y los procesos de Rabat y Jartum.
Los aspectos externos de la migración son parte integrante de la estrategia global que se viene desarrollando desde noviembre de 2015. La estrategia se sustenta en un Plan de Acción con cinco ámbitos prioritarios: el desarrollo que beneficia la migración y se orienta a las causas de la migración irregular y del desplazamiento forzoso; la migración legal y la movilidad; la protección y el asilo como respuesta humanitaria; la prevención y la lucha contra la migración irregular, el tráfico de migrantes y el tráfico de seres humanos y, finalmente, el retorno, la readmisión y la reintegración.
El compromiso de la Valeta radica en abordar el incremento de los flujos migratorios de refugiados por vía marítima, el asilo y la situación de los migrantes irregulares que sufren abuso y explotación, especialmente las mujeres y los niños. La prioridad en este contexto es salvar vidas desde un compromiso común con las obligaciones internacionales y los derechos humanos, reconociendo el elevado grado de interdependencia entre África y Europa con desafíos comunes.
Una vez estabilizada la situación en el Mediterráneo oriental, el trabajo se centra en este momento en el establecimiento de medidas operativas que puedan responder al enorme desafío que suponen los flujos masivos de migrantes irregulares en la zona del Mediterráneo central que han alcanzado registros máximos.
Este encuentro marca el camino a seguir de manera clara y concreta. Los dirigentes de la UE ratifican su apoyo al gobierno libio de concertación nacional y planifican la asistencia a los organismos regionales y locales libios y a las organizaciones internacionales activas en el país.
Pero sin duda toma también relevancia el impulso de la cooperación con ACNUR y la OIM en tres ámbitos específicos: garantizar una capacidad de acogida suficiente y unas condiciones adecuadas para los migrantes en Libia, mejorar las campañas de información dirigidas a los migrantes e incrementar las actividades de retorno voluntario.
Otro objetivo abordado es la reducción de la presión sobre las fronteras terrestres de Libia, mediante el refuerzo de su capacidad de gestión de las fronteras y la colaboración con sus países vecinos.
En torno a 181.000 personas fueron detectadas en esta ruta en 2016, llegando la mayor parte de ellos a las costas de Italia. Libia representa en este momento el punto de partida del 90% de aquellos que buscan llegar a Europa a través del Mediterráneo Central.
Adicionalmente el número de migrantes vulnerables ha ido en aumento, sobre todo mujeres – alrededor de 24.000- y menores –en torno a 28.000- de los cuales un gran porcentaje es de no acompañados (91%).
Entre las razones que explican el aumento del flujo migratorio en el Mediterráneo Central se encuentra la inestabilidad en Libia pero también otros factores como los conflictos y la situación económica en el África Subsahariana. Estos elementos aumentan la presión migratoria hacia los Estados Miembros de la Unión Europea, especialmente Italia y Malta.
En la Cumbre Informal que ha tenido lugar en la Valeta (Malta), en la que ha participado el Presidente del Gobierno de España, los veintiocho jefes de Estado o de Gobierno han tratado los aspectos esenciales de la dimensión exterior de la migración. La urgente búsqueda de soluciones reales y concertadas a las presiones migratorias es una prioridad para esta sesión de trabajo, en el marco del Plan de Acción de la Valeta de 2015.
Ese encuentro recogía en su momento el espíritu de la Declaración Conjunta entre la Unión Europea y África sobre Migración y Desarrollo de 2006, la Declaración europeo-africana de Migración y movilidad de 2014, la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y los procesos de Rabat y Jartum.
Los aspectos externos de la migración son parte integrante de la estrategia global que se viene desarrollando desde noviembre de 2015. La estrategia se sustenta en un Plan de Acción con cinco ámbitos prioritarios: el desarrollo que beneficia la migración y se orienta a las causas de la migración irregular y del desplazamiento forzoso; la migración legal y la movilidad; la protección y el asilo como respuesta humanitaria; la prevención y la lucha contra la migración irregular, el tráfico de migrantes y el tráfico de seres humanos y, finalmente, el retorno, la readmisión y la reintegración.
El compromiso de la Valeta radica en abordar el incremento de los flujos migratorios de refugiados por vía marítima, el asilo y la situación de los migrantes irregulares que sufren abuso y explotación, especialmente las mujeres y los niños. La prioridad en este contexto es salvar vidas desde un compromiso común con las obligaciones internacionales y los derechos humanos, reconociendo el elevado grado de interdependencia entre África y Europa con desafíos comunes.
Una vez estabilizada la situación en el Mediterráneo oriental, el trabajo se centra en este momento en el establecimiento de medidas operativas que puedan responder al enorme desafío que suponen los flujos masivos de migrantes irregulares en la zona del Mediterráneo central que han alcanzado registros máximos.
Este encuentro marca el camino a seguir de manera clara y concreta. Los dirigentes de la UE ratifican su apoyo al gobierno libio de concertación nacional y planifican la asistencia a los organismos regionales y locales libios y a las organizaciones internacionales activas en el país.
Pero sin duda toma también relevancia el impulso de la cooperación con ACNUR y la OIM en tres ámbitos específicos: garantizar una capacidad de acogida suficiente y unas condiciones adecuadas para los migrantes en Libia, mejorar las campañas de información dirigidas a los migrantes e incrementar las actividades de retorno voluntario.
Otro objetivo abordado es la reducción de la presión sobre las fronteras terrestres de Libia, mediante el refuerzo de su capacidad de gestión de las fronteras y la colaboración con sus países vecinos.
Fuente: Consejo Europeo.